Desde la campaña electoral, Bolsonaro había anunciado que iba a acabar con una supuesta "política exterior ideologizada", que atribuyó a Gobiernos anteriores como el de la expresidenta Dilma Rousseff.
De hecho, la reunión —según el catedrático— se traduce en "Brasil haciendo concesiones a cambio de las promesas de EEUU", una reverencia peligrosa que pocos alcanzan a advertir.
Bolsonaro y Trump se reunieron durante 20 minutos en el despacho oval de la Casa Blanca y después sostuvieron un almuerzo de trabajo con las comitivas ministeriales de los dos países.
"Bolsonaro lucía muy contento de estar allá pero la cita fue totalmente en contra de los principios por los cuales el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil siempre se ha conducido, como la reciprocidad", destacó Mendonça.
"Sin embargo ahora Bolsonaro ha ofrecido esta ventaja sin reciprocidad a EEUU, Canadá, Japón y Australia, marcando muy fuertemente el sesgo primermundista en la política externa", puntualizó el analista brasileño.
Mendonça enumeró algunas de las promesas de Trump a Bolsonaro, por las que asegura "Brasil no ha recogido ninguna ventaja concreta".
Exención de visas: Bolsonaro cedió la exención de visas a los ciudadanos estadounidenses a cambio de una promesa de que el Gobierno de EEUU, en un futuro, evalúe el ingreso de Brasil a su lista de países con exentos de visado, explicó el analista.
OCDE: Además cedió abandonar las salvaguardas que existían con la Organización Mundial de Comercio (OMC) en cuanto a país en desarrollo, a cambio de que EEUU evalúe el ingreso de Brasil a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Aliado preferencial: El presidente brasileño también abrió la puerta para que EEUU utilice la base de lanzamientos de cohetes en Alcántara, al noroeste de Brasil, a cambio de que el gigante suramericano sea considerado, en un futuro, como socio preferencial en tecnologías militares y también un aliado preferencial extra OTAN.
Sobre la exención de visas, es conveniente recordar cómo EEUU cobra a los brasileños 160 dólares por una entrevista consular que puede resultar positiva o no, sin contar los costos de viaje de los ciudadanos hasta los consulados estadounidenses.
Según explicó Mendonca este tema ya se venía debatiendo en Brasil antes de Bolsonaro, pero era más bien una presión de algunos sectores empresariales conectados con la industria del turismo, que argumentaban ganancias económicas por la medida.
"Pero esto queda ahora como una promesa, habrá que ver si realmente va a resultar en un incremento notable que pueda hacer que Brasil recaude más de lo que hoy pierde por el costo de las visas, que hoy alcanzan los 60 millones de reales (16 millones de dólares) anuales, sólo en el caso de EEUU", resumió el analista brasileño.
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