"Tras la explosión que registró el volcán Popocatépetl la noche del lunes, hay probabilidad de caída de ceniza en al menos 12 municipios" del central estado de Puebla que colinda con el oriente de la Ciudad de México, informó el Sistema Nacional de Protección Civil en coordinación con el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred).
Tras un estruendo, una fumarola con "vapor de agua y gas, con moderado contenido de ceniza, alcanzó una altura de 1,2 kilómetros en dirección este, y que arrojó fragmentos incandescentes a 2,5 kilómetros sobre las laderas", informo el organismo federal.
Durante la noche se observó la emisión continua de gases volcánicos, además de leve incandescencia en el área del cráter, la cual aumentó por algunos episodios posteriores al evento explosivo que cimbró ventanas y puertas a 40 kilómetros de distancia.
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"Imagen del majestuoso Popocatépetl con débil emisión de gases volcánicos", dice la imagen del monitoreo permanente de este martes, que incluyen sensores de inclinación, sismógrafos, y cámaras entre los dispositivos de vigilancia del coloso.
Antes de la explosión que ocurrió a las 21:38 horas del lunes 18 de marzo (03:38 GMT) los sistemas de monitoreo "identificaron 43 exhalaciones de baja intensidad, acompañadas de una emisión de vapor de agua, gas y en algunas ocasiones ligeras cantidades de ceniza, además de 12 minutos de tremor armónico de baja amplitud", dijo Protección Civil.
El cráter del volcán está a unos 70 kilómetros de la capital mexicana y a casi 40 kilómetros de ciudad de Puebla.
Unos 25 millones de personas viven a menos de 100 kilómetros del cráter.
El mapa oficial de Peligros Volcánicos del Popocatépetl, señala que "la remota posibilidad de un evento mayor", los efectos se limitarían a radios del orden de 20 a 30 kilómetros del cráter.
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"Los efectos de tal evento se limitarían a los problemas derivados de lluvias de cenizas volcánicas, similares a las del 30 de junio de 1997, pero más fuertes y con una proporción mayor de cenizas más gruesas", puntualiza el mapa de alerta.
El 21 de diciembre de 1994, tras medio siglo dormido, el coloso registró la mayor explosión reciente que lanzó cenizas a más de 25 kilómetros de distancia, que fue el comienzo de una larga fase eruptiva intermitente que persiste hasta la fecha.