"Si seguimos de protesta en protesta creo que ocurrirá lo mismo de 2014, de 2017, es decir nada; yo he venido a las últimas convocatorias y noto que la gente ya se está cansando", dijo a esta agencia Luisa Cervantes, de 48 años.
El 5 de enero, Guaidó fue elegido presidente de la Asamblea Nacional, parlamento unicameral en desacato desde 2016.
El presidente Nicolás Maduro, quien asumió su segundo mandato el 10 de enero tras unas elecciones en las que la oposición se negó a participar, calificó la declaración de Guaidó de intento de golpe de Estado y responsabilizó a EEUU de haberlo orquestado.
Desde el 10 de enero hasta este viernes 15 de marzo se han registrado en Venezuela un sinfín de acontecimientos.
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Las sanciones de EEUU a funcionarios venezolanos y empresarios, así como contra la principal industria Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) se intensificaron.
Desde la Casa Blanca también han partido frecuentes amenazas de una acción bélica.
Altos funcionarios de Washington repiten la frase "todas las opciones están sobre la mesa" cuando se les pregunta cuál es su política hacia Caracas.
La oposición fue fijando jornadas como hitos: primero el 10 de enero, luego el 23, después el 12 de febrero (día de la juventud) y el 23 de ese mismo mes.
"Yo pensé que el 23 (para cuando se organizó un intento de ingreso de ayuda humanitaria contra la voluntad del Gobierno) habría algún plan para sacar a Maduro o para meter los camiones (con los suministros), porque la dirigencia se expresó con mucha seguridad y después no pasó nada, realmente eso me desanimó", dijo Eder Zambrano de 29 años.
Opinión: Guaidó está quemado
El 23 de febrero se desató una batalla en la frontera entre Venezuela y Colombia, desde donde la oposición intentó ingresar camiones con alimentos y suministros médicos.
En ese lugar, tres camiones fueron incendiados y saqueados, mientras en la frontera sur con Brasil fallecieron tres indígenas pemones.
En los días previos, circularon rumores de un posible diálogo que permitiría el ingreso pacífico de los camiones; también se rumoreaba sobre una acción militar extranjera que apoyaría a los opositores que buscaban ingresar esos cargamentos sin autorización del Gobierno.
"Nada de eso pasó, esa es la verdad, así que sin ayuda humanitaria y sin un apoyo real desde el extranjero, no sé qué va a pasar, creo que Guaidó acabará preso y todos los opositores volveremos a casa como años anteriores", señaló Rafael Valera de 66 años.
Gran parte de Venezuela estuvo sin luz por casi 70 horas, en algunas zonas por 120, lo que también provocó una caída de las comunicaciones telefónicas y de internet y la suspensión del servicio de agua por cañerías.
En esas circunstancias se registraron numerosos saqueos en la ciudad de Maracaibo, capital del estado Zulia (noroeste).
El Gobierno dice que el apagón fue producto de un ataque cibernético y electromagnético a la Central Hidroeléctrica Simón Bolívar, situada en el embalse del Guri en Bolívar, donde se produce el 80 por ciento de la electricidad del país.
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La suspensión del servicio de agua agudizó la escasez hídrica que vive Venezuela.
En los medios de comunicación se publicaron imágenes de habitantes del suroeste de la capital recogiendo agua de tuberías en los predios de un río contaminado, lo que evidenció la gravedad de la situación.
Dos días después el servicio de agua fue restablecido en algunas zonas de la ciudad.
En medio de esta crisis, Venezuela rompió relaciones diplomáticas con Estados Unidos e intentó conversaciones para abrir oficinas de intereses que resultaron infructuosas.
Esta semana el presidente Maduro resolvió expulsar a los diplomáticos estadounidenses y los acusó de participar en actos para desestabilizar su país.
Los habitantes de estas zonas fronterizas son los más afectados, pues muchos subsisten buscando oportunidades de un lado y otro de la línea limítrofe.
Por su parte, el Gobierno de Venezuela reclamó un compromiso de no agresión a los presidentes de Brasil y Colombia, como condición para reabrir las fronteras.
Para este fin de semana el Gobierno venezolano anunció una serie de ejercicios militares.
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Además, convocó una movilización en Caracas el mismo día en que se planifica una manifestación de la oposición, que ha llamado nuevamente a su militancia a las calles, no solo en Venezuela, sino también en el extranjero.