Una de las propuestas insignia de Andrés Manuel López Obrador, el Tren Maya es un ambicioso proyecto de infraestructura, basado en la construcción y rehabilitación de 1.500 kilómetros ferrovías que atraviesan cinco estados del sureste de México, con el fin de facilitar el acceso y la conexión con el resto del país.
"No hubo una negativa rotunda al proyecto pero queremos saber cómo lo están concibiendo y que haya muchísimo mayor flujo de información", dijo a Sputnik Elvia Narcía Cancino, directora de la asociación civil Glifos Comunicación.
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Su entidad es una de las organizadoras del foro 'Voces de Mujeres en torno al Tren Maya', en las instalaciones de la Universidad Autónoma de Chiapas (UAC). También participaron el Colegio de Mujeres Profesionales de la Industria de la Construcción y al Centro de Estudios para la Construcción de Ciudadanía y la Seguridad (Cecocise) de la Universidad Autónoma de Chiapas.
"Nos explicó lo que se sabe hasta ahora. Hay muchas dudas todavía, muchas interrogantes, pero por lo menos se sentó ahí y tomó nota de lo que la gente tenía para decir, y eso lo tomamos como una buena señal", explicó Narcía.
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El Gobierno de López Obrador hizo una consulta ciudadana al respecto, de la que participó menos del 1% de la población del país. El resultado fue favorable al proyecto, aunque ya fue rechazado por algunas organizaciones locales.
"El Gobierno se tiene que dar a la tarea de ir comunidad por comunidad para ir a consultar en las asambleas locales de estos cinco estados por donde pasará, y que tienen sus propias maneras de tomar decisiones, no es una sola comunidad homogénea y tienen que ser respetuosos de eso", dijo la organizadora a Sputnik.
Agregó que algunas de las mujeres presentes en el foro alertaron sobre la existencia de supuestos representantes de comunidades mayas, que en realidad no cuentan con ningún poder delegado para comunicarse con el Gobierno Federal. Por eso, exigieron que se haga pùblica la lista de interlocutores.
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Elvia Narcía opinó que "son pulmones de América Latina, por donde no tiene por qué pasar un tren". En la zona, además, hay vestigios arqueológicos aún desconocidos. Este importante patrimonio puede ser alterado por el Tren, por lo que desde el foro proponen explorar extensivamente la zona para guiar el trazado.
"Se habló de la gran preocupación por la pérdida de las tradiciones y la cultura de los indígenas, que han resguardado este patrimonio de biodiversidad y arqueología de nuestras tierras. El rescate de esa riqueza estructural de los ancestros es algo que se ha exigido", comentó la representante.
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Por otra parte, en materia de desarrollo regional, se subrayó la necesidad de impulsar el factor local en todas las etapas de la ejecución del proyecto —desde las obreras, hasta las ingenieras y arquitectas—, de modo tal que prospere.
"Se hizo una advertencia al Gobierno de que no se continúe con un modelo de desarrollo impuesto; que las comunidades deben decidir qué entienden por desarrollo y cómo lo quieren. Y que no deben ser quienes terminen limpiando los baños, o vendiendo helados o artesanías en los vagones del tren, sino que quieren ser socios y socias, quieren ser dueños y accionistas en este proyecto", concluyó la entrevistada.