No hay F-35, no hay problemas para Turquía

El 3 de marzo el vicepresidente turco, Fuat Oktay, anunció que en los próximos años Turquía tendrá su propio avión de combate de fabricación nacional.

Anunció que en 2023 el caza se presentará al público, en 2026 alzará su primer vuelo y está previsto que entre en servicio de las Fuerzas Armadas turcas en 2031.

Estos planes de fabricar cazas turcos fueron anunciados en el contexto de la presión ejercida por EEUU sobre el país otomano en relación a la compra de los sistemas de defensa aérea S-400. Desde que Turquía anunció la compra de los sistemas rusos el país norteamericano recurrió a la presión y al chantaje para prevenirlo.

Así, una de las medidas fue la renuncia de entregar los cazas F-35 a Turquía, que participó en el programa conjunto de desarrollo y desembolsó una cuantiosa suma preliminar por ellos.

De hecho, el exministro de Defensa Nacional de Turquía, Nurettin Canikli, expresó en 2017 la intención de desarrollar un caza propio para no depender de ningún país o compañía.

La declaración sobre el nuevo caza turco viene después de que Turquía rechazara la propuesta de EEUU por reemplazar los S-400 rusos por los sistemas Patriot de fabricación norteamericana.

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