Investigadores de la Universidad de Western Ontario y de Lawson Health Research Institute están utilizando las plantas de tabaco como 'biorreactores verdes' para producir la proteína antiinflamatoria. Ofrece la posibilidad de tratar una serie de trastornos inflamatorios y autoinmunes como la diabetes tipo 2, el accidente cerebrovascular, la demencia y la artritis.
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El uso clínico del IL-37 ha sido limitado debido a la incapacidad de producirlo en grandes cantidades a un precio que sea factible clínicamente. Actualmente, se puede hacer en cantidades muy pequeñas usando la bacteria E. coli, pero a un costo muy alto.
Este trabajo es el primero de su tipo en demostrar que esta proteína humana funcional puede ser producida en las células vegetales.
"Las plantas ofrecen el potencial para generar productos farmacéuticos de una manera mucho más asequible que los métodos actuales. El tabaco tiene rendimiento alto y podemos transformar la planta para empezar a producir la proteína de interés en dos semanas", dijo Shengwu Ma, profesor del Departamento de Biología de Western y científico en Lawson.
Los investigadores han demostrado que la proteína puede ser extraída de las células de las plantas de una manera que mantenga su función. Ahora, la proteína se puede introducir en otras plantas, como las papas.