Los manifestantes opositores, en su mayoría jóvenes, se encontraban con el rostro cubierto debajo del puente Simón Bolívar, de unos 300 metros de largo, por donde cruza el río Táchira, y desde allí arrojaban piedras y otros objetos a los funcionarios de la Guardia Nacional (componente del ejército).
Dos militares de la Guardia Nacional se pasaron al lado de Colombia y solicitaron resguardo a sus autoridades mientras Sputnik se encontraba en el sitio.
Los militares venezolanos se mantuvieron vigilantes de la frontera y respondieron con gases y perdigones a los que intentaban cruzarla, el igual que el domingo 24 y el sábado 23.
Pero, cerca de las 17:40 hora de Colombia (22:40 GMT), integrantes del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) de Colombia despejaron el puente y exigieron la retirada a los jóvenes.
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Las autoridades colombianas han dicho que será reabierto este martes, pero las venezolanas aún no han puesto fecha a la reapertura.
Una situación similar se registró en el puente Francisco de Paula Santander donde también hubo choques, y pasadas las 18:00 hora Colombia (23:00 GMT), esta agencia pudo observar nuevamente en llamas uno de los camiones que intentó ingresar el sábado 23 hacia Venezuela con el presunto cargamento de alimento y medicamentos y fue quemado.
Allí se dispuso una carpa de primeros auxilios y algunas personas han sido atendidas, se reportan heridos por perdigones y con quemaduras en el cuerpo.
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El Gobierno neogranadino indicó que cerraría el paso por 48 horas (a partir del sábado 23) para cuantificar y reparar los daños causados durante las protestas del sábado 23, que dejaron más de 300 heridos.
Esta situación se produjo luego de que la oposición venezolana anunció que ingresarían por la frontera los cargamentos con alimentos y medicamentos donados por EEUU y otros países, pese a la negativa del Gobierno, que tildó esos materiales de "migajas" y de "un show para justificar una intervención en el país".
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El 23 de enero, dos días después de que el Tribunal Supremo anulara su designación, Guaidó se autoproclamó "presidente encargado" de Venezuela, apelando a un artículo constitucional que prevé esa figura.
El presidente Nicolás Maduro, quien asumió su segundo mandato el 10 de enero tras unas elecciones que la oposición boicoteó, calificó la declaración de Guaidó de intento de golpe de Estado y responsabilizó a EEUU de haberlo orquestado.
Guaidó fue reconocido de inmediato por los EEUU, a los que se sumaron unos 50 países.
Rusia, China, Cuba, Bolivia, Irán y Turquía, entre otros países, siguen apoyando al Gobierno de Maduro.
