El periódico ruso Vzglyad denomina el reciente conflicto entre Israel y Ucrania como una "guerra turística". Inició cuando Israel comenzó a prohibir masivamente la entrada de turistas ucranianos.
Unas horas más tarde, 35 ciudadanos de Israel fueron detenidos en respuesta en el aeropuerto de Borispol de Kiev, todos eran hombres. Había muchos judíos jasídicos entre ellos, por lo que en las redes sociales apareció la suposición de que el intento de deportarlos tenía un trasfondo religioso.
"De hecho, los dos países tomaron como rehenes a los pasajeros de ambos vuelos, solo que la proporción no era justa: 140 a 35. En la mañana, la situación se resolvió, liberaron a todos al mismo tiempo", escribe Vzglyad.
Según el diputado ucraniano, Gueorgui Logvinski, Israel deporta hasta el 20% de los pasajeros de cada avión que llega desde Ucrania.
La prensa rusa no excluye que la actitud de los guardias fronterizos ucranianos puede tener un matiz político en vísperas de las elecciones presidenciales que se celebran en Ucrania en marzo.
"Puede ser que las autoridades ucranianas creen que muchos rusos vendrán a Ucrania con pasaportes israelíes, algo que Kiev no quiere. Si esta versión es cierta, entonces todo será más fácil cuando las elecciones terminen", supone el periodista israelí Shamir Israel.
Al mismo tiempo, este periodista israelí reconoció que los servicios de emigración israelíes que trabajan en el aeropuerto Ben Gurión, el aeropuerto principal de Israel, han discriminado a los ucranianos durante mucho tiempo, no permitiéndoles ingresar al país, con el argumento de que se quedan a trabajar ilegalmente cuando su visado expira.
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En opinión del politólogo ucraniano, Mijaíl Pogrebinski, a Israel y a Ucrania en este asunto podrían reconciliarlos los diplomáticos de EEUU, que sigue siendo el "camarada en jefe" de ambos países.