Verdaderemente interesante. Así fue la primera experiencia que tuvo Ángel al interpretar ante el público ruso su espectáculo 'La Farmacia de A. Chéjov' que consiste de dos partes e incluye cuatro obras del escritor ruso (El Vengador, Un Informe, El Señor Gordo y Conferencia sobre el tabaco). Por una disciplina que impuso a sí mismo tiene previsto realizar solo 121 sesiones de la obra. En Moscú se celebró la 108ª.
Preparando la interpretación, durante cuatro años Ángel leyó gran parte de la herencia del gran escritor ruso: sus relatos, sus obras de teatro y sus cartas. Destaca que "ha sido muy gustoso, muy placentero meter la punta de la canoa en ese río".
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El actor comparte su admiración por el don de Antón Chéjov de "presentar a un personaje con dos o tres rasgos".
"No necesitamos saber lo que piensan. Es pura acción. No necesita añadidos explicativos", comenta el también dramaturgo.
En España su interpretación ha recibido atención y agradecimiento, incluso podríamos decir que ha despertado todavía más interés por las obras de Chéjov ya que algunos de los espectadores le piden consultas y consejos por dónde empezar. Pero, al mismo tiempo, Ángel lamenta que haya también los que consideran que es un clásico "muy lejano" para el actor dado que no es "suficientemente formado".
Sin embargo, el actor confiesa que "el día de la función no quiero salir de la cama. Directamente. Por un momento digo: Hoy no voy. Hoy los traiciono y no voy".
Pero nunca falla. Y el público tampoco.
Independientemente del país o ciudad, "el primer momento" de la interpretación "es una cápsula cerrada" que luego empiezas a pinchar, y "sale la sensibilidad".
Según Ángel, no hay una gran diferencia entre los espectadores mediterraneos y rusos aunque los primeros "se manifiestan de una manera más ruidosa".
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Aparte de actuar, está trabajando también en su taller de teatro (que organiza junto a la actriz y profesora Sonia Ruiz Parra y con la colaboración del Instituto Cervantes de Moscú) de que espera "hacer valer, hacer llegar a las personas los principios eficaces de la comunicación que a mí me han sido enseñados" y que, además, "tienen miles de años".
Fundamentalmente, "el deseo de escuchar al otro, el deseo de ofrecer la serenidad".
"Tú modificas al otro, el otro se está modificando y te va a ofrecer a ti. Es una ida y vuelta. Mientras tú estás cambiando, yo estoy cambiando", explica Ángel.
En otras palabras, "dar, recibir, cambiar". Así es el gran "triángulo", el gran objetivo que aspira alcanzar el actor español durante su estancia en la capital rusa.