Se precisa que todos los fondos serán destinados a la implementación del plan conjunto de acción de las organizaciones humanitarias para ayudar a 900.000 rohinyás, así como a los 330.000 habitantes más vulnerables de Bangladés.
El documento indica que a causa de la violencia en Birmania desde agosto de 2017, de ese país huyeron más de 745.000 rohinyás que se unieron a los refugiados que ya viven en Bangladés.
"Hoy nuestra tarea humanitaria principal consiste en estabilizar la situación para los refugiados rohinyás que se quedaron sin ciudadanía, así como para aquellos que fueron albergados por Bangladés; esperamos contribuciones oportunas, predecibles y flexibles para alcanzar los objetivos marcados para este año", cita el comunicado al alto comisionado de la ONU para los refugiados, Filippo Grandi.
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La operación militar se saldó con más de 400 muertos.
Birmania, una nación mayoritariamente budista, deniega ciudadanía y derechos civiles a esta comunidad musulmana estimada entre 1,1 y 1,5 millones de personas, alegando que son inmigrantes bengalíes; el conflicto y la crisis humanitaria se agravaron especialmente con la transición política de un régimen militar a uno civil ocurrida entre 2011 y 2012.