"[Vale] es una joya brasileña que no puede ser condenada por un accidente que tuvo lugar en su represa, por muy grande que haya sido la tragedia", afirmó.
Durante su comparecencia, presentó algunas medidas adoptadas por la empresa tras el accidente que se produjo a finales de enero.
Aseguró que a partir de ahora todos los procesos de Vale sobre operación en represas de residuos mineros serán revisados por el órgano que controla la licencia de estas construcciones en EEUU, el US Army Corps of Engineers.
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También subrayó que un plazo de tres años pretende acabar con las represas "a montante", una forma de construirlas más barata y también más peligrosa que está prohibida en varios países del mundo, pero que Vale sigue usando en 19 represas en Brasil.
El presidente de la compañía aseguró que quiere acelerar el pago de indemnizaciones a familiares de las víctimas y que no quiere judicializar el caso, sino llegar a acuerdos con los afectados.
Mientras los responsables de la empresa intentan dar explicaciones, en Brumadinho, continúan los trabajos de búsqueda de las víctimas que quedaron sepultadas bajo el lodo.
Según el último recuento divulgado por la Defensa Civil de Minas Gerais el pasado 10 de febrero, hay 165 muertos y 160 personas siguen desaparecidas.
