Los ojos brillan como solo pueden brillarle a una madre, padre o abuela al ver a sus hijos y nietos cantar en público. Las caras de los pequeños, pintadas y maquilladas, no saben ocultar la emoción y la alegría. Es el último día de la colonia de vacaciones y ellos no quieren que termine: "¡Nos aburrimos en casa!", gritan entre risas al unísono.
"Estaba un poco nerviosa cuando tuvimos que presentarnos, peleando con las espadas y los escudos", dijo Candela, de 8 años, que también contó que lo que más disfrutó fue cantar y bailar, además de hacerse dos nuevas amigas.
"La verdad que estuvo fantástico: la organización, la garra que le ponía el grupo, y mirá que para ellos fue una primer experiencia, así que es muy loable", dijo Susana, la abuela de Candela. Contó que se enteró de esta novedosa opción porque su hija, la madre de Candela, es amiga de una de las personas del plantel.
Candela dijo que esta colonia fue muy diferente a otras en las que participó en veranos pasados, en clubes donde había árboles y piscinas y donde las actividades eran en exteriores. "Acá cantamos, allá remamos; es todo muy distinto", dijo la pequeña.
"Lo que más me gustó fueron las clases de narración, cuando nos hacían usar la imaginación para contar historias", dijo Sebas. Con un perfil más tímido e introvertido, contó que también le gustó actuar y conocer por dentro el teatro.
Extrovertido e histriónico, Julián parece acostumbrado a estar en escena. Su madre, Marcela, cuenta que el pequeño de 7 años estuvo siempre interesado en todo lo que implicara la expresividad y las disciplinas artísticas, y que no solo tomó el curso de El Quijote sino también el de la Cenicienta, la semana anterior.
"Me gusta actuar, bailar y cantar, me gustó mucho venir acá. Cuando sea grande quiero ser actor y actuar en el teatro", dijo Juli quien, luego de terminar la entrevista se acercó y dijo: "¡Cuando vea el vídeo en YouTube le voy a dar Me gusta!"
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