"El secretario general de la OEA, siguiendo el guión que le dicta el Gobierno de EEUU, organizó un nuevo espectáculo contra Cuba, que denominó conferencia, en esta ocasión, acerca del proyecto de reforma constitucional", expresó el funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores en conferencia de prensa.
Martínez agregó que "resulta llamativo que el secretario general (Luis Almagro), con su particular obsesión anticubana, reitere vulgares calumnias y mentiras sobre nuestro país, e ignore tantos temas de verdadera urgencia en nuestra América, para los cuales no dedica las mismas energías, ni el tiempo ni los recursos de la organización de la cual es funcionario".
El director general de América Latina y el Caribe del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba reiteró que ni a Almagro ni a la OEA "les asiste el derecho a debatir sobre la constitución de un Estado que no es parte de ella, ni se propone serlo y no es, por tanto, sujeto de su sistema de tratados, con los cuales por lo tanto, no tiene ninguna obligación".
Añadió que Almagro "irrespeta la letra de la propia Carta de la OEA, que consagra la naturaleza de sus funciones, entra las cuales no se le reconoce autonomía o capacidad para orquestar este tipo de acciones, que ni los Estados miembros de la OEA le han otorgado en algún mandato especial".
"No reconocemos, ni reconoceremos autoridad moral o legal alguna a la OEA ni a ninguno de sus funcionarios y órganos subsidiarios que intenten singularizar a Cuba", enfatizó el diplomático cubano.
También precisó que la Constitución de Cuba "emana de la autoridad soberana de su pueblo, que democráticamente debatió el proyecto de Carta Magna sobre el que votará próximamente".
Además: Cancillería cubana: secretario de la OEA "no tiene moral" para juzgar las elecciones en la isla
"Se equivoca el secretario general de la OEA al repetir el guión tantas veces ensayado contra Cuba. La Constitución de Cuba la discuten y aprueban los cubanos y así será confirmado el próximo 24 de febrero".
Más de ocho millones de cubanos participaron en unas 130.000 reuniones de base donde se discutió el texto constitucional, al que se le hicieron significativos cambios a partir de las opiniones emanadas en la discusión popular.