"Tenemos una vasta experiencia en el estudio de ballenas en libertad y en cautiverio, habiendo liderado el exitoso regreso de Keiko, una orca que aparece en la película de Hollywood 'Free Willy', a sus aguas de origen en Islandia en la década de 1990. Basándonos en nuestras evaluaciones periciales de la ciencia, creemos que las orcas y las belugas simplemente no pueden mantenerse sanas en cautiverio, incluso en las mejores circunstancias", señalan los científicos en una carta enviada a finales del mes pasado al presidente ruso, Vladímir Putin, y publicada en el sitio web del IMPP (Proyecto Internacional de Mamíferos Marinos).
"Nos complace ofrecer nuestra experiencia en este esfuerzo de cualquier manera que pueda resultar útil para el gobierno ruso y la comunidad científica", señalan ellos.
Hace unos meses, activistas de Greenpeace denunciaron que Rusia vendió ilegalmente a China en los últimos cinco años al menos 15 orcas, cada una de las cuales cuesta millones de dólares, y que hay planes de exportar otras 13.
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