Al menos 115 personas murieron por la explosión de una toma clandestina para robar combustible de un ducto de la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) del central estado de Hidalgo.
El presidente dijo que se mantiene en marcha un plan nacional contra el robo de combustible, que durante 2018 causó pérdidas a Pemex por 56.000 barriles diarios.
En noviembre pasado, la cantidad robada se disparó a 81.000 barriles diarios, aunque bajó ligeramente a un promedio de 74.000 barriles diarios del 1 al 20 de diciembre, al comenzar el gobierno de López Obrador.
El presidente dijo que la operación, implementada por más de 10.000 efectivos militares, redujo el impacto de ese delito "en 65% (…) que en dinero representa un ahorro de poco es más de 5.000 millones de pesos [unos 250 millones de dólares]", informó.
En todo caso, "si seguimos así no se robarán los 65.000 millones de pesos [más de 3.000 millones de dólares] que se robaron el año pasado", puntualizó López Obrador.
Un parte militar presentado en la conferencia de prensa por el jefe del Estado Mayor del Ejército, general Homero Mendoza, reveló las técnicas de los ladrones, descubiertas durante la implementación del plan.
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El militar presentó imágenes de enormes zanjas construidas como cisternas a lo largo de los oleoductos para recolectar el combustible robado, o la instalación con mangueras de alta presión, ocultas en bodegas ubicadas a más de dos kilómetros de los ductos.