La ceremonia de ofrenda floral en Piskarióvskoye, en cuyas fosas comunes reposan los restos de militares que combatieron en el frente de Leningrado (hoy San Petersburgo) y civiles muertos durante el asedio nazi a esta ciudad, durante la Segunda Guerra Mundial, es parte de las celebraciones que conmemoran el 75 aniversario del levantamiento del sitio este 27 de enero.
Más tarde, en un concierto en honor a la fecha memorable, Putin precisó que el levantamiento del bloqueo de Leningrado es "un gran acontecimiento tanto para los ciudadanos de Leningrado y Rusia como para todo el mundo".
"Para siempre permanecerán en nuestra memoria los 872 días de pruebas terribles e inhumanas que superaron los habitantes de Leningrado", destacó el presidente.
Los sufrimientos y sacrificios de la gente de leningrado no se pueden medir, enfatizó Putin, señalando que "nunca se puede olvidar lo que sucedió" en la ciudad.
También, el líder ruso calificó las acciones de los nazis como un "crimen contra la humanidad", al agregar que ellos "nunca serán perdonados".
El padre del actual presidente ruso combatió en la defensa de Leningrado, sufrió graves heridas en noviembre de 1941 y pasó varios meses en hospitales. Cuando recibió el alta médica, logró salvar a su mujer casi de milagro, pues los enfermeros encargados de sacar cadáveres del edificio, ya la habían dado por muerta.
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