Entre otras cosas, sugiere que los países no deberían exigir almacenar datos de internet en su territorio, aunque no estipula sanciones específicas.
La coautoría bipartidista del borrador aumenta la posibilidad de que el proyecto de ley sea aprobado tanto por la Cámara de Representantes (controlada por los demócratas) como por el Senado (controlado por los republicanos).
Según el preámbulo, el documento sienta la base de la política cibernética internacional de EEUU, que promueve los principios democráticos y "rechaza los intentos de Rusia y China de lograr un mayor control y censura en internet".
Además: Rusia apuesta por programas informáticos nacionales como clave para la cibersoberanía
Entre otras amenazas en el ciberespacio, se menciona tradicionalmente Irán, Corea del Norte y Rusia.
Los congresistas creen que este código "podría usarse como pretexto para limitar la disidencia política".
El proyecto de ley propone instituir el cargo de embajador de alto nivel para ciberespacio, quién encabezaría la diplomacia cibernética del Departamento de Estado de EEUU.
Además, se propone incluir en el informe anual del Departamento de Estado sobre Derechos Humanos por países una evaluación de la libertad en internet.