"No es que estemos condenados a la rivalidad de la Guerra Fría", aseguró.
"Las dos naciones son las mayores poseedoras de capacidad nuclear del mundo. Rusia es una potencia formidable en eso, y nosotros lo respetamos y entendemos. Necesitamos asegurar que se realicen conversaciones para que podamos prevenir tanto la proliferación como lo que deriva de la posesión de esas armas nucleares", afirmó.
Las relaciones entre Moscú y Occidente empeoraron a raíz de la crisis en Ucrania y la reincorporación de Crimea a Rusia tras el referéndum celebrado en marzo de 2014, en el que más del 96% de los votantes avaló esta opción.
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Desde 2014, la Unión Europea, EEUU y varios países de su órbita mantienen una serie de restricciones sectoriales contra Rusia por su supuesta implicación en el conflicto del este de Ucrania, reiteradamente negada por Moscú.
En noviembre, el Departamento de Estado anunció la intención de avanzar con la imposición de sanciones adicionales contra Rusia, acorde a la Ley de Eliminación de Guerra y Control de Armas Químicas y Biológicas (CBW) de 1991.
La segunda batería podría incluir la degradación de las relaciones diplomáticas, la suspensión de los vuelos de Aeroflot a EEUU y el cese del comercio bilateral.
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