"Ayer [el 21 de enero] nos sacaron de operación la mayoría de los ductos, provocaron fugas [de combustible], algunas peligrosas, afortunadamente la gente no acudió" a recogerlo, dijo el mandatario en conferencia de prensa al informar sobre el desarrollo de una operación contra el robo de combustible tras la explosión de una toma clandestina en un ducto, que causó la muerte de al menos 91 personas el 18 de enero.
"El ducto Guadalajara-Salamanca, estuvo cuatro veces fuera de operación", detalló.
También fue saboteado el oleoducto que abastece de combustible a la capital del país, desde el puerto petrolero de Tuxpan en las costas del Golfo de México, a la terminal Azcapotzalco, en el norte de la Ciudad de México.
"El Tuxpa-Azcapotzalco ya habíamos logrado estabilizarlo, durante varios días, y ayer lo sacaron de operación, pero no nos vamos cansar y espero que la gente nos siga dando su respaldo", precisó el jefe del Ejecutivo en el Palacio Nacional, sede del Gobierno.
Ese oleoducto, de unos 600 kilómetros de longitud, suministra diariamente 170.000 barriles para abastecer a la capital del país y la zona metropolitana del Estado de México.
El presidente añadió que "constantemente nos sacan de operación el ducto Guadalajara-Salamanca, pero también ya vienen las pipas [camiones cisternas] eso nos va ayudar mucho", para la distribución por carreteras ante los problemas en el sistema de oleoductos.
López Obrador anunció que "en una primera etapa" el Gobierno adquirirá en EEUU más de 700 carrotanques, con capacidad para distribuir hasta 250.000 barriles diarios.
"Si es necesario vamos a adquirir más [carrotanques] para no depender de los ductos", explicó el mandatario.
"Este problema creció porque se abandonó a la gente y los apoyos se quedaban en el camino y no llegaban, porque los intermediarios se quedaban con el dinero", dijo el presidente al anunciar programas sociales en beneficio de 91 municipios localizado en los alrededores del sistema de oleoductos.
Desde el 20 de diciembre pasado comenzó una operación con más de 10.000 efectivos militares y policiales para combatir al crimen organizado que roba gasolinas y la vende en el mercado negro, que habría penetrado incluso a la petrolera estatal Pemex.
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