Dentro de sus actividades se realizó un cara a cara de representantes de ocho centros de enseñanza superior de ambos países. Por la parte del gigante euroasiático asistieron la Academia Presidencial Rusa de Economía Nacional y Administración Pública (RANEPA), la Universidad Nacional de Investigación Tecnológica MISiS, la Universidad Estatal de Tomsk (TSU) y la Academia Rusa de Comercio Exterior (RFTA). España estuvo representada por la Universidad de Oviedo (UO), la Universidad de Valencia (UV), la Universidad Rovira y Virgili (URV) y la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M).
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Cada entidad educativa tiene sus puntos fuertes y, de hacerse realidad la Alianza de universidades rusas y españolas, se crearía un espacio único donde el estudiante podría recibir lo mejor en el área que le interese, sostuvo Maxim Nazárov, vicerrector de la RANEPA.
"Entre otras cosas, nuestro objetivo es que el estudiante pueda formar su propio programa de educación aprovechando las oportunidades que ofrecen las ocho universidades y, de esta manera, llegar a ser un especialista único y altamente demandado en el mercado laboral", señaló.
En este contexto, el rector de la TSU, Eduard Galazhinsky, sostuvo que su universidad posee, por ejemplo, "unas infraestructuras únicas para investigar el cambio climático global".
"Si intercambiamos nuestras ventajas vamos a ser mucho más fuertes", afirmó.
A su vez, el vicerrector de la MISiS, Vadim Petrov, dijo en conversación con Radio Sputnik que ese centro docente puede aportar mucho en áreas como ciencia de materiales, ciencia básica, minería, metalurgia o tecnologías de información.
John Style, responsable de internacionalización de la URV, destacó que la misma es "muy fuerte" en temas como ingeniería química y hasta arqueología y turismo.
Por su parte, Guillermo Palao, profesor de la UV, prometió todo el apoyo al sector universitario ruso en su intención de expandirse a América Latina aprovechando las fuertes posiciones de la institución en esa región. Unas palabras que provocaron una gran satisfacción en Yan Burliay, diplomático ruso con experiencia de trabajo en Argentina, Paraguay, Uruguay y Ecuador, quien actualmente encabeza el Centro de programas iberoamericanas en la Universidad Estatal Lingüística de Moscú.
"Me gustaría que este proyecto bilateral entre Rusia y España se convierta en trilateral e incluya a Latinoamérica. Como exembajador en América Latina, siempre me atrajo la idea, que tiene muchas perspectivas, de promover a Rusia, en particular, sus tecnologías, en los países de esa región con la ayuda de nuestros amigos españoles, que tienen una enorme experiencia y conocimientos en la materia", manifestó Yan Burliay.
El gran proyecto universitario ruso-español es "histórico", sostuvo Guillermo Palao, al añadir que se trata de "un punto de arranque a partir del cual" las dos naciones "profundizarán aún más en este intercambio académico, cultural y universitario".
Parece que el proyecto ya está dejando de ser un tema meramente educativo, tal como demostraron las palabras de John Style. El docente se mostró muy emocionado por la cálida acogida recibida en Moscú y dijo, visiblemente conmovido, que descubrió que Rusia no es ningún "enemigo", tal como lo presentan en algunos lugares.
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De acuerdo a Olga Pirozhenko, la Alianza de universidades rusas y españolas se formalizaría el próximo mes de abril a través de la firma en Moscú del respectivo memorándum.