"En el verano (boreal) de 2017, antes del anuncio formal de la política de tolerancia cero, personal de la ORR (Oficina para la Reubicación de Refugiados) observó un importante incremento en el número de niños separados derivados a la atención de la ORR. Funcionarios estimaron que la oficina recibió y entregó a miles de niños separados antes del 26 de junio de 2018", indica el informe.
En el momento de esa orden judicial de junio, la ORR identificó al menos 2.737 niños separados bajo su cuidado y la agencia estadounidense recibió otros 118 niños del Departamento de Seguridad Interior entre el 1 de julio y el 7 de noviembre de 2018, según el informe.
Sin embargo, aún se desconoce el número total de niños migrantes separados detenidos en EEUU desde que comenzó un aumento en los arrestos en 2017, agregó.
Según el informe, hubo un aumento en las separaciones de familias inmigrantes en el verano de 2017, antes de la promulgación formal de la política de tolerancia cero para detener a padres inmigrantes que ingresaran ilegalmente a EEUU y mantener a sus hijos bajo el cuidado de la ORR.
Para recopilar la información, el Departamento de Salud y Servicios Humanos analizó documentos judiciales e información interna, y también realizó entrevistas con sus funcionarios superiores y miembros del personal.
En la primavera de 2018, el Gobierno de Donald Trump implementó una "política de tolerancia cero" que llevó a la separación de miles de familias detenidas en la frontera de México y Estados Unidos.
El 26 de junio, un juez federal de California emitió una resolución preliminar para frenar la separación de familias e inmediatamente reunir a los niños con sus padres.
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En respuesta al fallo, el Gobierno identificó a 2.654 niños en custodia de la ORR que potencialmente cumplían con los criterios de reunificación, de los cuales 437 permanecieron bajo custodia hasta el 10 de septiembre según la Oficina General de Responsabilidad (GAO).
En octubre, Amnistía Internacional informó que más de 6.000 familias fueron separadas por la fuerza como resultado de la política de la Casa Blanca; se calcula que desde 2017, unas 8.000 familias solicitantes de asilo fueron divididas.
