"¿No es la inmigración una oportunidad ante el invierno demográfico que se cierne sobre Europa?", dijo Borrell durante la apertura de un ciclo de diálogos sobre migración y sociedades abiertas en la Casa Árabe de Madrid.
Para justificar esta afirmación, Borrell recordó que distintos cálculos demográficos apuntan a que, para el año 2050, Europa representará solo el 5% de la población mundial, por lo que "quedará reducida a una pequeña porción" de la humanidad frente a "colosos" como África o Asia.
En consecuencia, la exposición del canciller español incidió en afirmar que la inmigración puede ser "un activo" para, entre otras cosas, asegurar los sistemas de pensiones y bienestar en Europa aportando mano de obra a un "viejo continente que cada vez se merece más ese nombre".
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Multiculturalismo
En su intervención, Borrell negó que permitir la entrada de inmigrantes vaya a suponer una pérdida de la identidad europea.
"Hay altas autoridades de altísimos países, los más importantes del mundo, que vaticinan que dentro de 20 años en Roma habrá minaretes en vez de campanarios", apuntó el canciller español, antes de recordar que, por ejemplo, el número de musulmanes en España se sitúa en el 4% de la población total, lo que en su opinión pone en perspectiva las posiciones alarmistas sobre un eventual proceso de "islamización".
"El islam no llega a Europa en patera", afirmó Borrell, que además de defender la inmigración como una oportunidad económica, también defendió la construcción de sociedades multiculturales.
De acuerdo con el discurso del canciller español, el reconocimiento de la huella de distintas culturas en Europa es una cuestión clave para afrontar cuestiones prácticas de la política de la Unión Europea, como la posible pertinencia de la integración de Turquía en el club comunitario.
"¿Integramos la Rusia cristiana hasta Vladivostok? ¿Integramos a la Armenia cristiana pero no a Azerbaiyán?", continuó preguntándose el funcionario español.
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Durante su participación en el foro, Borrell destacó que el debate sobre migración y la conformación de una sociedad multicultural es un asunto que actualmente tiene "una especial relevancia" en España, sobre todo ante el crecimiento de posiciones de ultraderecha de la mano del partido Vox, y situó estas cuestiones como "prioritarias" para su Gobierno.
Las diferencias sobre migración debilitan a la UE
En declaraciones a Sputnik durante su participación en un debate sobre migración en la Casa Árabe de Madrid, Josep Borrell aseguró que la negativa de algunos países a cumplir con los cupos de acogida de migrantes pude llegar a actuar como "un disolvente que debilita los lazos de la Unión".
El calibre de esas diferencias es tal que el canciller español llega a preguntarse "hasta qué punto caben posiciones tan diferentes dentro de una unión".
Según explica, ese enfrentamiento puede palparse cuando se contraponen las posiciones de países que abogan por no admitir a más inmigrantes o por cerrar sus puertos ante la llegada de personas rescatadas en el Mediterráneo —como Hungría o Italia— con las de otros países más "aperturistas", como puede ser el caso de España.
"Frente a las visiones cerradas y xenófobas de la sociedad, debemos apostar por una sociedad abierta", aseveró antes de apuntar que, además, las posiciones de estos países incumplen la normativa comunitaria, que establece para cada país la obligación de acoger a un número determinado de inmigrantes.
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"Si tú eres socio de un club en el que se juega al fútbol y tú dices que quieres jugar al rugby, entonces quizás deberías buscarte otro club", bromea el ministro.
En un tono más serio, recuerda que "algunos países están ante los tribunales de justicia por no aceptar los cupos de inmigrantes", lo que posiblemente llevará a la imposición de sanciones si finalmente estos tribunales determinan que irrumpieron las normas.
Todo lo anteriormente expuesto —concluye Borrell— crea ciertas grietas en el club comunitario que "debilitan a la Unión" en su conjunto y que, además, impiden que Europa pueda aprovecharse de la "oportunidad" que la migración ofrece para contrarrestar el inverno demográfico.