La ruta ferroviaria que circundará la península de Yucatán, rodeada por el mar Caribe, y la conectará mediante trenes, carreteras y redes de fibra óptica a los proyectos energéticos de los estados de Tabasco y Campeche, en la cuenca petrolera del Golfo de México, "tiene el objetivo estratégico de revertir un desequilibro histórico y estructural que separa al sureste del desarrollo de las regiones del centro y el norte del país", dijo Dávalos, profesor de historia económica y economía política de la Universidad Nacional Autónoma de México.
El principal proyecto de infraestructura, desarrollo socioeconómico y turismo sostenible del sexenio que comienza, contempla una inversión de unos 8.000 millones de dólares para construir un ferrocarril turístico y de carga, que conectará a los principales centros arqueológicos mayas de cinco estados del sureste, desde Palenque hasta Tulum y Chichén-Itzá y las haciendas cercanas a Mérida.
Las ruinas ya estaban devoradas por la jungla en el siglo XVI cuando llegaron los conquistadores españoles, y ahora son patrimonio de comunidades de diversas etnias que siguen hablando lenguas de matriz maya en la zona más empobrecida del país.
López Obrador encabezó una ceremonia prehispánica en la antigua Palenque, con incienso de copal y guirnaldas, en la que pidió "permiso a la Madre Tierra", para emprender las obras en Tabasco, su tierra natal, cuando inauguró el proyecto el 16 de diciembre, junto a líderes de 16 etnias y avalado por una consulta a la que acudió alrededor de un millón de personas en todo el país.
Desarrollo en selvas vírgenes
El proyecto considera implementar "un modelo de desarrollo sostenible que impulsa el crecimiento económico, sin depredar el ambiente".
Se propone la creación de "corredores ecológicos" en el margen de la Reserva de la Biosfera de Calakmul, para contener la presión poblacional en esa selva donde en 1931 fueron descubiertas imponentes pirámides enterradas
Palenque, contemporánea de Tikal, la imponente urbe en la vecina Guatemala, es el corazón de un antigua ciudad asentada en 700.000 hectáreas de selva virgen, fundada entre 1.000 y 400 años antes de nuestra era, que alcanzó el esplendor "clásico" entre los siglos III y X después de Cristo.
El recorrido ferroviario total de 1.525 kilómetros será dividido en tres tramos: 426 kilómetros cruzando densas selvas, 446 kilómetros por costas del Caribe, y 653 kilómetros conectarán una circunvalación por la península de Yucatán con las ruinas mayas cercanas al Golfo de México.
El proyecto contempla minimizar el impacto ambiental y social sobre selvas, ríos y cenotes, lagunas subterráneas conectadas por mantos acuíferos que respiran por oquedades, utilizados como centros ceremoniales por los antiguos mayas.
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Esas selvas singulares crecieron en sólidas tierras pedregosas y calcáreas, sobre muy delgadas capas vegetales.
El profesor Dávalos estima que el proyecto "busca mover lo más profundo de la estructura de la sociedad del sur de México, sin dejar de lado las regiones desarrolladas, en los desiertos que se extienden hasta frontera con EEUU que ha sido Aridoamérica, la zona norte donde surge la principal industria nacional".
La zona objetivo del proyecto es la parte mexicana de Mesoamérica, que une el valle central del altiplano mexicano con Centroamérica, donde también se pretende frenar la migración hacia el norte creando empleos.
Casi 90% de las vías, tendidos eléctricos y de telecomunicaciones se construirán en terrenos federales de antiguas vías ya existentes pero en desuso.
Las autoridades recibieron advertencias de grupos ecologistas y comunidades indígenas de "tener mucho cuidado de los programas de protección del jaguar en peligro de extinción y los mantos acuíferos de los cenotes", para evitar el abuso del patrimonio de las comunidades originarias, dijo Dávalos.
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"Evidentemente, subirá el valor del suelo y será susceptible de inversiones, con riesgos similares a las malas experiencias de desarrollo en Cancún", el mayor centro turístico del Caribe mexicano, que en menos de medio siglo resultó desbordado, dijo.
Otros proyectos, como el llamado Plan Puebla-Panamá (2000-2006) y la Iniciativa Mérida, nombre de la capital de Yucatán, "fueron diseñados por EEUU contra el narcotráfico y para la contención de la migración", explicó.
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"Es decisiva la voluntad de diálogo con América Central, (pues) no se puede parar la marcha del cambio social ni imponerlo para superar el olvido y el rezago de manera incluyente, respetuosa del medio ambiente y de la cultura de los pueblos originarios", puntualizó el economista.
