El 2018, un gran mundial y un gran reto

MOSCÚ (Sputnik) — Cuando los dirigentes rusos recibieron la condición de sede del Mundial de fútbol del 2018 sabían que estaban ante un gran reto, pero también ante una gran oportunidad, para mostrar al mundo esa Rusia de gente abierta, calurosa y comunicativa, bien distante de los paradigmas que los países occidentales se empeñan en vender.

Tras años de preparativos e intensos días de competencia se cerró un torneo que dejó muchas alegrías y sinsabores en lo deportivo pero que satisfizo en gran medida a los aficionados de todo el mundo que llegaron a la gran nación euroasiática a disfrutar de la mayor fiesta deportiva del fútbol.

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Entre el 14 de junio y el 15 de julio 11 ciudades:  Moscú, San Petersburgo, Samara, Saransk, Rostov del Don, Sochi, Kazán, Kaliningrado, Volgogrado, Nizhni Nóvgorod y Ekaterimburgo, acogieron a los 32 equipos participantes.

El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, aseguró dos días antes de la final entre Croacia y Francia, que había sido el mejor torneo de la historia: "Desde hace un par de años pensaba que iba a ser el mejor, pero ahora lo puedo decir con convicción: es el mejor Mundial de la historia", señaló el dirigente suizo en una rueda de prensa en Moscú.

Las autoridades rusas pusieron todo su interés para acoger el Mundial en óptimas condiciones y mostrar al mundo —además de un país bastante desconocido—, un alto desarrollo económico y social, infraestructuras de transporte y comunicaciones de primer nivel y estadios impecables, acordes a las más altas exigencias. Para de esta forma también acallar a aquellos que se habían opuesto a su designación como sede y apostaban por el fracaso del evento.

Millones de aficionados

Según la Agencia Federal de Turismo de Rusia (Rosturizm), citada por la FIFA, un total de "6,8 millones de personas visitaron las 11 ciudades sede durante el torneo" y al país llegaron 3,4 millones de turistas extranjeros.

Durante más de un mes Moscú se convirtió en la capital del mundo y la apacible urbe de más de 13 millones de habitantes se contagió del ambiente de fiesta que impusieron latinos y africanos, principalmente. Toda esa mezcla de culturas, esa diversidad, hizo cambiar el entorno de la megalópolis y su epicentro —la Plaza Roja—, lugar de concentración de miles de fanáticos de todo el planeta que la convirtieron en su centro de reunión por excelencia.

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Y es que las celebraciones no solo abarcaron los estadios y su entorno, también había fiesta en los vagones del metro, en los autobuses y en cualquier plaza disponible. Con "los mexicanos, los brasileños y los portugueses", reconocidos por los voluntarios y los conductores de autobuses como "los aficionados más ruidosos".

Fan ID

Una de las novedades de este campeonato fue la implementación de Fan ID (pasaporte del aficionado), entregado a 1.827.678 personas que posibilitó la entrada a Rusia sin necesidad de visado y facilitó la movilidad dentro del país.

Otra de las facilidades ofrecidas fueron los viajes gratis, entre las sedes y dentro de las mismas, para los aficionados y periodistas. Se realizaron un total de 734 viajes de tren que beneficiaron a 320.000 pasajeros de 181 países, la mayoría procedentes de Argentina, Colombia, México, EEUU y China, según datos publicados por la FIFA.

El mundial dejó en Rusia un legado muy grande en lo deportivo, gracias en gran medida al excelente desempeño de la "Sbornaya" que por primera vez alcanzó los cuartos de final de la competición. Esto desató la pasión de un país que ahora cuenta con campos de entrenamiento de primer nivel y con estadios que son la envidia de medio mundo.

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En lo económico también se vieron muchos resultados, como lo destacó a principios de diciembre el primer ministro, Dmitri Medvédev, al resaltar que las ganancias de Rusia por el Mundial superaron los gastos en aproximadamente 200.000 millones de rublos (3.000 millones de dólares).

"Gastamos en los preparativos del Mundial alrededor de 650.000 millones de rublos [9.740 millones de dólares]; como resultado de la organización del Mundial, según cálculos de los economistas, ganamos aproximadamente 200.000 millones de rublos más", dijo Medvédev en una entrevista con cadenas de televisión rusas.

Catar y el gran reto

Con el triunfo de Francia por 4-2 frente a Croacia el 15 de julio en el Estadio Luzhnikí se cerró el Mundial de Rusia 2018 y comenzó una titánica tarea para Catar, sede del próximo Mundial en 2022. Los cataríes ya anunciaron que implementarán el Fan ID y los viajes gratuitos para los aficionados así como muchas de las novedosas tecnologías usadas por los rusos en la construcción de los estadios. Ardua tarea la de las autoridades del pequeño país del Golfo Pérsico, para intentar igualar a uno de los mejores certámenes en la historia de los mundiales.