La visita de Donald y Melania Trump a la base aérea de Al Asad ha sido la primera del mandatario a tropas estacionadas en una zona de conflicto durante sus casi dos años de mandato.
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"Una demostración pública de afecto entre Trump y Melania es un raro acontecimiento y este beso en la mejilla parece incómodo y carece de simetría", dijo la experta en lenguaje corporal Judi James a The Mirror.
La especialista destacó la clara diferencia en las acciones de los dos: mientras Trump agarró el brazo de su esposa con "fuerza suficiente para hacer que sus nudillos se quedasen blancos", Melania apenas parecía colocar su mano extendida sobre el bíceps del marido sin ninguna señal de agarrarlo.
James subrayó que Melania parecía mantener su torso separado del de Trump mientras se besaban, estirando su cuello para acercar su rostro al del esposo. Este estilo de beso se parece a un saludo o un beso de despedida entre colegas o amigos y no de cónyuges, agregó.
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Esta no es la primera vez que Melania es criticada por la forma en que se viste en público. En octubre, la primera dama estadounidense se puso un salacot blanco durante una visita a África, y fue criticada por exhibir una apariencia similar a la de los exploradores y conquistadores europeos.