"México es el primer país que de manera simultánea asume el Pacto Mundial para la Migración y anuncia políticas migratorias de Estado que coinciden con ese mecanismo", centrado en cuatro capítulos, dijo el jefe de la diplomacia mexicana.
Esos cuatro capítulos se relacionan con el origen, el tránsito y el desplazamiento interno, el destino, y las medidas de retorno e incluyen 23 objetivos no vinculantes.
A partir de ahora "falta cumplir la hoja de ruta y ver resultados muy pronto", indicó Ebrard en una presentación junto a la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, encargada de la política interior, al comisionado del Instituto Nacional de Migración, Tonatiuh Guillén, y al responsable de la oficina de Derechos Humanos del Gobierno, Alejandro Encinas.
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Nueva política exterior y migratoria
La política exterior del presidente Andrés Manuel López Obrador está centrada en el respeto a los derechos humanos de los migrantes y la cooperación internacional para mejorar el desarrollo con países centroamericanos, dijo por su parte la titular de Gobernación.
La inversión de EEUU de 5.800 millones de dólares incluye 2.000 millones en el sureste mexicano, comprometida "gracias a una relación magnífica con el Gobierno estadounidense que el presidente López Obrador ha estado construyendo", dijo Sánchez Cordero.
El nuevo Gobierno mexicano va a "reestructurar el Instituto Nacional de Migración INM) desde sus entrañas, para que no se discrimine ni se criminalice a los migrantes", dijo la funcionaria.
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Agregó que gracias el programa oficial "Navidad en tu casa" para el retorno voluntario y asistido, regresan a sus países "miles de migrantes en este momento".
El segundo eje es el desarrollo social y económico, "porque la movilidad de las personas de Centroamérica es forzada y obligada por factores de subdesarrollo", prosiguió.
Guillén indicó que ya existe una iniciativa de varios Estados que asumen la misma política internacional, que considera atender a los mexicanos en el exterior, en particular en EEUU, regularizar a la población centroamericana y prestar atención a la movilidad de población hacia México.
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En tercer lugar, considera "la renovación del diálogo con EEUU, centrada en un acuerdo que no es la seguridad, sino un concepto de desarrollo con participación de las empresas privadas para invertir en el sur de México y Centroamérica", en cooperación multilateral, explicó.
Las nuevas autoridades impulsarán "reformas en procedimientos de visado para regular la migración y recibir personas por razones humanitarias, como la reciente caravana centroamericana integrada sobre todo por hondureños", puntualizó.
El responsable federal de Derechos Humanos, Encinas, anunció un "cambio profundo" en la relación diplomática con Centroamérica y EEUU, para "rescatar uno de los principios de la política exterior mexicana que es la cooperación y la integración exterior para el desarrollo de Centroamérica y posteriormente de América Latina", relató.
Una política de Estado integral y transversal asume que México es "una nación transterritorial, es decir que todos aquellos ciudadanos mexicanos que viven en exterior son parte de la nación mexicana", dijo.
"En vez de levantar muros levantar fuentes de empleos para que la migración sea voluntaria y no forzada por la pobreza", puntualizó, aludiendo al presidente estadounidense Donald Trump.