"El Líbano se opone a la naturalización de los refugiados o los desplazados en su territorio", señaló el ministro libanés de Exteriores, Yebran Basil, en una carta enviada al secretario general de la ONU, el portugués António Guterres, tras la conferencia intergubernamental de la organización celebrada el 10 de diciembre en la ciudad marroquí de Marrakech.
El canciller indicó que la ayuda que se presta a los refugiados no debe ser en detrimento del país de acogida.
"El Líbano no está en la capacidad de satisfacer todas las necesidades de los refugiados", remarcó.
El ministro llamó a no politizar el problema de los refugiados.
Líbano con una población de cuatro millones de habitantes, acoge a unos dos millones de refugiados sirios y medio millón de palestinos.
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El Gobierno libanés ha advertido en reiteradas ocasiones que esta cantidad de desplazados daña la seguridad y la economía del país.
Siria vive desde marzo de 2011 un conflicto en que las tropas gubernamentales se enfrentan a grupos armados de la oposición y a organizaciones terroristas.