"Lamento que la decisión se haya tomado pese a las preocupaciones expresadas por la OTAN", comentó Stoltenberg.
El jefe de la Alianza llamó a todas las partes a "garantizar que la decisión de hoy no aumente aún más las tensiones en la región".
Asimismo expresó el apoyo de la OTAN al mandato actual de las fuerzas de seguridad kosovares y señaló que el cambio influirá sobre el nivel de compromisos de la Alianza respecto a las fuerzas kosovares.
Stoltenberg subrayó el apego de la OTAN a la seguridad en Kosovo y la estabilidad en los Balcanes Occidentales.
"Reitero mi llamado a ambos Pristina y Belgrado a mantener la tranquilidad y abstenerse de cualquier declaración o acción que provoque una escalada de tensión", dijo al añadir que la Alianza considera el diálogo como única solución política a largo plazo del problema entre Kosovo y Serbia.
A su vez, la a Unión Europea (UE) espera que Kosovo siga cumpliendo con sus obligaciones en materia de seguridad tras la decisión de crear su Ejército, según declaró el servicio diplomático de la UE.
El servicio diplomático subraya que la Unión Europea, al igual que la OTAN, sostiene que el "cambio del mandato de las actuales fuerzas de seguridad de Kosovo debe ser paulatino y corresponder a la Constitución".
A principios de este mes el presidente serbio, Aleksandar Vucic, se mostró preocupado por la creación del Ejército en Kosovo y en una conversación telefónica con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, compartió sus ansiedades.
Según Vucic, la decisión de las autoridades kosovares pone en peligro "la supervivencia del pueblo serbio en Kosovo y Metojia y la seguridad de Serbia" y amenaza la paz y la estabilidad en la región.
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Este 14 de diciembre el Parlamento kosovar aprobó una serie de proyectos de leyes para transformar las actuales fuerzas de seguridad de Kosovo en unas fuerzas armadas.
Sin embargo, bajo la presión de Bruselas, Belgrado se vio obligado a iniciar negociaciones con la mediación de la UE para normalizar las relaciones con Pristina.
Por el momento, la independencia de Kosovo ha sido reconocida por EEUU, Canadá y la mayoría de los miembros de la UE, pero no goza del reconocimiento de Rusia, China, Irán, España, Grecia e Israel, entre otros países.
