A lo largo de los años de trabajo, Victorina Morales le ha hecho la cama a Trump, limpiado su inodoro y desempolvado sus trofeos de golf. Ahora, la guatemalteca ha decidido arriesgar su trabajo y hablar al medio de comunicación debido a los frecuentes comentarios degradantes del mandatario estadounidense acerca de los inmigrantes indocumentados.
Morales contó al medio las numerosas interacciones que tuvo con Trump en el Trump National Golf Club, en Bedminster, donde logró conseguir un empleo fácilmente usando documentos falsos, después de trabajar en otro hotel.
"Le dije a [una supervisora] que no tenía documentos buenos. Ella me dijo que trajera lo que usé en el hotel", aseguró Morales.
El New York Times entrevistó también a Sandra Díaz, una residente legal que anteriormente trabajó en el mismo campo de golf cuando todavía era una inmigrante indocumentada.
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Ambas mujeres describieron al presidente de EEUU como exigente pero amable y que, a veces, les regalaba propinas de 50 o 100 dólares.
La Casa Blanca no respondió a las solicitudes de comentarios, pero Amanda Miller, portavoz de la Organización Trump, aseguró que "si una empleada presentó documentación falsa en un intento de eludir la ley, será despedida inmediatamente".
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