"Nos entristece profundamente comunicar que cinco empleados fueron asesinados y 32 resultaron heridos, cinco de ellos gravemente, en un ataque criminal a una de nuestras sucursales en Kabul", dijo el director gerente de la empresa, Charlie Burbridge, en un comunicado.
En nombre de la empresa Burbridge agradeció la ayuda de la Embajada y el Ministerio de Exteriores del Reino Unido, así como de las fuerzas afganas, británicas y de la OTAN y otras empresas privadas de seguridad.
El 28 de noviembre el Ministerio de Sanidad de Afganistán informó de al menos 10 muertos y 19 heridos en un atentado con coche bomba cerca del Centro de Entrenamiento de las Fuerzas de Seguridad en Kabul.
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El jefe de la comisaría de policía, Bismillah Taban, anunció que el blanco podía estar en el territorio de la empresa G4S.
Afganistán vive una situación de inestabilidad política, social y de seguridad a raíz de los ataques que lanza el movimiento radical Talibán y, desde 2015, el grupo terrorista ISIS (autodenominado Estado Islámico, prohibido en Rusia y otros países) pese a la fuerte presencia militar de EEUU y otros países de su órbita.