"Seguimos profundamente preocupados por la continua degradación de la situación política y militar en el país", dijo Lavrov al intervenir en la conferencia sobre Afganistán en Ginebra.
El canciller ruso destacó la importancia de "poner en marcha el diálogo interafgano con la participación del Gobierno de Afganistán, el movimiento de los talibanes, así como de todo el conjunto de fuerzas sociales y políticas".
Lavrov agregó que Rusia, por su parte, "continuará intensificando en el marco del 'formato de Moscú' la interacción con los países de la región y otros [Estados] interesados".
Tema relacionado: La UE destina 474 millones de euros para reformas en Afganistán
El ministro recordó que la reunión del 'formato de Moscú' celebrada este mes de noviembre en la capital rusa, que contó con la participación de la oficina política del movimiento Talibán y el Alto Consejo para la Paz de Afganistán, fue organizada para establecer contactos directos entre el Gobierno afgano y los talibanes.
"Es importante que todos los participantes del encuentro expresaran por unanimidad la necesidad de cooperar más estrechamente para luchar contra la filial afgana de ISIS [autodenominado Estado Islámico, proscrito en Rusia y otros países] que amenaza a la seguridad no solo de Afganistán, sino de toda la región en general", señaló.
El ministro recordó que en 2016 entró en vigor un acuerdo ruso-afgano que estableció el marco legal para prestar asistencia técnica y militar a Kabul en condiciones favorables o en forma de donaciones.
La conferencia sobre el conflicto y el proceso de reconciliación nacional en Afganistán se celebra el 27 y el 28 de noviembre con la participación del presidente y el primer ministro de este país, Ashraf Ghani y Abdulá Abdulá, el canciller ruso, Serguéi Lavrov, así como varios representantes de China, EEUU, la India, Irán, Kazajistán, Kirguistán, Pakistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán.
Además: "Sería correcto entablar el diálogo con los talibanes antes de las presidenciales"
Afganistán vive una situación de inestabilidad política, social y de seguridad a raíz de los ataques que lanza el movimiento Talibán y, desde 2015, el grupo terrorista Daesh pese a la fuerte presencia militar de EEUU y otros países de su órbita.
