Se llama Tsiala Kantaria, y su padre fue un héroe de la Unión Soviética y un soldado famoso en todo el país: todo gracias a una foto legendaria de su hazaña, que simbolizó el fin de la Segunda Guerra Mundial.
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Después de que la guerra en Abjasia la obligara a abandonar su hogar, la hija de Melitón Kantaria reside en Grecia desde 1997. Tsiala contó la historia de su padre a Sputnik.
La patria te necesita
Melitón Kantaria nació en Georgia en 1920 y fue llamado a filas en 1939, el mismo año en que nació el hermano mayor de Tsiala. Más tarde, en 1942, fue herido en combate y volvió a casa para recuperarse.
"No trajo la cabeza de Hitler, pero sí trajo la paz. Estoy orgullosa de llevar su apellido", narró Tsiala Kantaria.
Al entrar en Alemania en 1945 y llegar hasta Berlín, a su padre y dos soldados más se les encomendó colocar la bandera de la URSS sobre el edificio del Reichstag. No obstante, esta tarea resultó ser más peligrosa de lo esperado.
"En la segunda planta mataron a uno de ellos, luego hirieron al otro y mi padre cogió la bandera. La colocó, pero esta cayó, así que se quitó el cinturón y lo usó para atarla", cuenta.
La vida después de la guerra
Cuando acabó la guerra Kantaria tenía tan solo 25 años y por su hazaña recibió el título de Héroe de la Unión Soviética y la medalla 'Estrella de Oro'.
Era una persona muy reservada y sencilla: acabó solo dos años de escuela, amaba a su patria y era estricto, pero jamás nos puso una mano encima a sus hijos, relata.
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A pesar de ser un héroe a escala nacional, su propia hija conoció sus logros por los periódicos y su nieto lo supo cuando fue a la escuela y preguntó sobre la guerra.
"Papá empezó a contárnoslo, y luego paró. Dijo que no le volviera a preguntar sobre la guerra y se echó a llorar", cuenta la hija del héroe.
Tsiala no hablaba con sus amigos sobre su padre y no decía que era la hija de un héroe. Según explicó, todos lo sabían por su cuenta, pero no le gustaba hablar de ello.
Guerra en casa
El héroe de la Segunda Guerra Mundial falleció en 1993, después de sobrevivir a la guerra de Abjasia. Entonces a Tsiala la invadió la tristeza. Ese mismo año, uno de los hijos de Tsiala cayó víctima de la guerra.
Sus hijos y nietos guardan como un tesoro el recuerdo del héroe Kantaria, pero consideran que la nueva generación se olvidará de sus hazañas, puesto que no se les enseña esto en las escuelas. Eso sí, no todos se olvidarán.
"Los rusos nunca se olvidarán. Si no fuera por los rusos, nadie podría haber ganado la Segunda Guerra Mundial", comentó.
Cada año la Embajada de Rusia en Grecia la invita a participar en el Regimiento Inmortal y ella siempre acude para liderarlo, porque está orgullosa de su padre y tiene claro que "su nombre no debe ser olvidado".
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