La víspera, el canal estatal sirio Ikhbariya informó de la muerte de varios civiles como resultado de ataques con municiones de fósforo blanco que la coalición liderada por EEUU lanzó en Hayin, provincia siria de Deir Ezzor.
"Los estadounidenses siguen negándolo con el mismo tesón con que denunciaron el supuesto uso de armas químicas por el Gobierno de Siria en Duma, en abril pasado", señaló en una rueda de prensa la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova.
También en octubre pasado, la agencia siria SANA publicó que la coalición había lanzado bombas de fósforo blanco.
El Departamento de Defensa de EEUU se negó en esa ocasión a aclarar el tipo de armas que usa en Siria, limitándose a afirmar que cumple las normas internacionales.
Estados Unidos y varios países de su órbita llevan a cabo desde 2014 una operación contra el grupo terrorista ISIS (autodenominado Estado Islámico, proscrito en Rusia) en Irak y Siria, en este último país actúan sin ningún mandato de la ONU ni la autorización de Damasco.
Zonas de seguridad en Siria
El Ministerio de Exteriores de Rusia puso de relieve los problemas de Turquía para establecer una zona de distensión en la provincia siria de Idlib.
El 17 de noviembre los grupos armados que operan en Idlib mataron a 18 militares sirios en varios bombardeos contra Alepo y Latakia.
"Las provocaciones sangrientas evidencian que pese a los esfuerzos serios de Turquía para cumplir el memorándum del 17 de septiembre, persisten las dificultades para crear la zona desmilitarizada en Idlib", dijo María Zajárova.
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Turquía y Rusia acordaron el 17 de septiembre establecer una zona desmilitarizada en Idlib a partir del 15 de octubre en la línea de separación entre las tropas sirias y la oposición armada.
Zajárova indicó que sigue siendo alarmante la situación en Idlib.
También informó que "Rusia continúa cooperando estrechamente con sus socios turcos".
Siria vive desde marzo de 2011 un conflicto en el que las tropas gubernamentales se enfrentan a facciones armadas de la oposición y a grupos terroristas.
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La solución a la crisis se busca en dos plataformas, la de Ginebra, bajo los auspicios de la ONU, y la de Astaná, copatrocinada por Rusia, Turquía e Irán.
