La facilidad con la que un piloto privado, con el solo uso de un radiotransmisor, pudo intervenir las comunicaciones de la torre de control de la terminal del Aeroparque metropolitano el pasado 11 de noviembre, puso en duda las regulaciones y condiciones actuales en materia de seguridad aeronáutica del país.
"Si es posible para una persona civil vulnerar la frecuencia de operaciones sin ninguna barrera de protección, es lógico suponer una desprotección total de las operaciones aéreas, con independencia del período del G20", insistió el exconsultor del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Si bien el experto aseguró que durante la cumbre de líderes mundiales se van a aplicar protocolos de protección mucho más intensivos, donde no creyó posible que ocurriera una falla como la del domingo pasado, Dapena Fernández dijo: "La visión de los británicos sobre el riesgo de terrorismo en Argentina, en este caso basada en la inexistente protección de la infraestructura de seguridad crítica, queda confirmada".
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Argentina se encuentra en proceso de modernización de sus tecnologías para adaptarse a las regulaciones de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), entidad que depende de la ONU en la elaboración de las normas en seguridad aerocomercial, a través de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) y la Policía en Seguridad Aeroportuaria (PSA).
El abril de este año, la ANAC ya había denunciado penalmente a "sujetos no identificados quienes mediante emisiones de ondas radiofónicas y utilizando equipos radiofónicos de diferentes potencia, alcance y procedencia, afectan y ponen en peligro la normal prestación y funcionamiento del servicio de transporte de la navegación aérea y generan un peligro común a los habitantes de la Nación ante la concreta posibilidad de accidentes aéreos".
