En su cuenta de Twitter, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) publicaron que el sistema de defensa antiaérea, la llamada Cúpula de Hierro, interceptó 3 de los 17 proyectiles lanzados.
La nueva espiral de tensión comenzó después de que las fuerzas israelíes mataran el 11 de noviembre al menos a seis palestinos, entre ellos un comandante del ala militar del movimiento radical Hamás, según confirmaron las autoridades gazatíes.
Fuentes palestinas dijeron al diario israelí Haaretz que se trata de Nur Barake, jefe adjunto de una unidad de élite de Iz al Din al Qassam, el ala militar de Hamás.
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También un militar israelí falleció y otro resulto herido en un enfrentamiento con los radicales en la Franja de Gaza, según las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
El 11 de noviembre, Netanyahu mencionó en una rueda de prensa que preferiría explorar la posibilidad de un alto el fuego a largo plazo con Hamás que ir a la guerra.
Antes de estos últimos incidentes, altos cargos del gobierno isralí se habían mostrado relativamente optimistas sobre las posibilidades de lograr un alto el fuego a largo plazo en Gaza, pero los fuertes intercambios de disparos y las bajas sufridas por Hamás podrían complicar la situación.
