"Todo parece indicar que habrá una óptica más dirigida hacia Estados Unidos (EEUU) que hacia el resto del mundo, la propuesta de frenar los avances del Mercosur y proponer relaciones bilaterales con los países vecinos la veo como una gran equivocación", comentó la especialista.
Brasil, la principal economía de América del Sur y con un mercado de más de 200 millones de consumidores, es vital, por ejemplo para las economías de Argentina y Uruguay, muy dependientes de los productos manufacturados de su vecino.
Para Bressan, el Mercosur "preserva" ese mercado, esa situación ventajosa para Brasil, y además sirve al país para proyectarse como líder regional, ya que recordó que no es sólo un grupo económico.
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"Gracias al Mercosur Brasil puede tener acceso privilegiado a informaciones de países vecinos, hay toda una agenda política, estratégica y de seguridad", subrayó.
El futuro ministro de Economía Paulo Guedes aseguró poco después de la victoria electoral que el Mercosur es "muy restrictivo" y que en el pasado Brasil "fue prisionero de alianzas ideológicas, lo que es malo para la economía".
A cambio, no faltaron muestras de simpatía hacia Chile, por ejemplo, conocido por ser pionero en la región en implantar un sistema económico neoliberal.
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El jefe de Estado chileno, Sebastián Piñera, fue de los primeros en expresar su gusto por el programa económico de Bolsonaro, y se espera que éste sea el primer país que visite el mandatario electo en calidad de presidente, dejando de lado la tradición de viajar a Argentina como primer destino.
Para Lorenzoni, Chile es el "faro de América Latina", pero Bressan resta importancia a los posibles acuerdos comerciales que ambos países puedan establecer, destacando que la nación andina en ningún caso podría ser una alternativa a las relaciones con los miembros del Mercosur.
"Una cosa es la empatía, pero Chile exporta materias primas y todo lo manufacturado lo importa de EEUU, Brasil no tendrá mucho margen para aventurarse en ese terreno", comentó la profesora.
Sin embargo, subraya que es muy pronto para sacar conclusiones y que habrá que esperar a ver qué intenciones tiene para ese bloque el nuevo presidente mexicano, el progresista Andrés Manuel López Obrador.
Las reticencias del equipo de Bolsonaro hacia el Mercosur podrían afectar a las negociaciones que el bloque viene estableciendo con la Unión Europea (UE) desde hace casi 20 años, y que están a punto de culminar.
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Diversas fuentes apuntaron la posibilidad de que el acuerdo se anunciara en el marco de la cumbre del G-20 que tendrá lugar a fin de mes en Buenos Aires, pero los últimos detalles tendrán que pulirse a contrarreloj.
"Si el acuerdo no sale este año es muy probable que vuelva a entrar en "stand by" durante un buen tiempo", comentó a Sputnik Cristina Martins dos Santos, profesora de Relaciones Internacionales de la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro (PUC).
Bolsonaro tomará posesión de su cargo el 1 de enero de 2019, y todo apunta a que dará un giro radical a la política económica y de exteriores que el país llevaba implementando en las últimas décadas.
