En pocos países sería tolerado que una patrulla de policía sea filmada con celulares y ridiculizada por bandas de jóvenes, conscientes de que su superioridad en número y la impunidad que les concede una justicia laxa, les permite comportarse así.
La obra no puede ser de más actualidad. La ola de violencia callejera y gratuita que viven algunos barrios de Francia ha disparado las señales de alarma, no ya de unas fuerzas de orden público cansadas de no ser escuchadas, sino de algunos políticos con responsabilidades sobre el asunto, como el exministro del Interior de Emmanuel Macron, el socialista Gerard Collomb, que dimitió recientemente.
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Al "avestrucismo", la ocultación de la realidad y la cultura de la justificación social, tradicionales en Francia desde hace décadas, se le une ahora la ideología de lo políticamente correcto y la loa al comunitarismo para evitar enfrentar el problema.
Por eso, las palabras de Collomb el día de su dimisión supusieron un sismo, y los hechos delictivos sucedidos desde entonces corroboran las inquietudes del ex responsable de la seguridad de la República.
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Hace ya 16 años que otro libro puso en alerta lo que ya es hoy una realidad. En "Los territorios perdidos de la República", varios profesores de colegios denunciaban cómo territorios franceses estaban en manos de delincuentes, y cómo la escuela pública había sido abandonada al "pedagogismo" y ya no enseñaba los valores de la República. Por supuesto, ese libro fue poco menos que quemado simbólicamente por la "intelligentsia" de izquierda que, por cierto, nunca deja a sus hijos en manos de la enseñanza pública y, mucho menos, saca un pie fuera de los barrios acomodados y seguros donde vive y se reproduce.
Por eso, las nuevas declaraciones del exministro que salen a la luz estos días clarifican aún más el cambio de actitud de algunos notables de la política, que han dejado de meter la cabeza bajo tierra y justificar la delincuencia por "razones sociales".
Collomb se atrevió, además, a romper un tabú mucho más persistente entre los políticos franceses, asegurando que la responsabilidad de la inmigración en este fenómeno es "enorme" y que, por ello, la nueva ley que él propuso pretendía atajar el flujo ilegal de llegados a territorio francés. Preguntado si los 200.000 extranjeros aceptados cada año eran demasiados, reconoce que sí, y que Francia no necesita más inmigrantes.
✒️ Europa naufraga en su política de inmigración https://t.co/hx81MBUMjM
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) June 20, 2018
El nuevo ministro francés de Interior, Christophe Castaner, fiel macronista y también exsocialista, no ha tenido respiro desde que asumió su cartera. Menores o jóvenes muertos en batallas entre bandas callejeras, asesinatos con utilización de armas de guerra por el control del negocio de la droga, aumento de la violencia gratuita en las calles, ataques organizados con ácido a la policía, como la noche de Halloween, o no…
Pistolas en la escuela
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Cuando uno de los debates de actualidad en Francia propone si se deben proteger las escuelas con miembros de la policía, se comprende la situación de temor que algunos responsables políticos han empezado a denunciar. Es precisamente en la escuela donde se debería de comenzar a formar a los alumnos en el respeto de las leyes de la República y de la autoridad.
Pero, hasta ahora, las agresiones hacia los profesores de los pequeños delincuentes eran ocultadas por los responsables de los centros y el Ministerio. Y si llegaban a los juzgados de menores, atascados por el número de casos de delincuencia infantil y juvenil, eran pasadas por alto.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK