Del 18 al 22 de octubre el santuario ubicado en Sabarimala, uno de los centros de peregrinación más populares, se abrió por primera vez a las mujeres, pero un grupo de peregrinos fundamentalistas bloqueó todos los accesos al templo y amenazó a toda mujer que se acercaba al templo.
La tradición prohíbe a las mujeres indias en edad reproductiva visitar este santuario: los creyentes consideran a su dios soltero, motivo por el se ven obligados a proteger su castidad, por lo que solo las niñas pequeñas y las mujeres ancianas pueden entrar en el templo.
No obstante, las mujeres no sufren ninguna restricción a la hora de visitar otros templos, incluso los que están dedicados a Ayyappa.
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A finales de septiembre, el Tribunal Supremo de la India puso fin a esta costumbre centenaria, al fallar que la no admisión de mujeres a lugares religiosos viola sus derechos constitucionales.
Está previsto que la Justicia india revise el veredicto en noviembre.