Desde abril, Rusia eliminó la necesidad de visa turística para los sudafricanos. Ahora solo necesitan el pasaporte para realizar una visita corta al país.
Entre los factores más atractivos se destacan las tierras de cultivo, la seguridad y un país que mantiene los valores cristianos tradicionales, señala la publicación.
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Una familia de bóeres (o afrikáneres), descendientes de los colonos neerlandeses en Sudáfrica y que ahora se conocen como granjeros blancos, visitó el territorio de Stávropol y Karacháyevo-Cherkesia en julio. De acuerdo a RT, que cita las palabras de esta familia, miles de agricultores de Sudáfrica consideran el sur de Rusia como un lugar adecuado para expandir sus actividades agrícolas.
El número de bóeres asciende a cuatro millones de personas, es decir el 8% de la población total de Sudáfrica. Con la llegada de las nuevas autoridades, comenzaron a sufrir violaciones de derechos importantes, explicó Poluboyárenko.
"A menudo, son asesinados con extrema crueldad, sin perseguir siquiera ningún objetivo material. Se ven obligados a dormir con armas. 3.000 personas fueron a Australia y recibieron el estatus de refugiados allá. Los demás van para otros países", continuó el funcionario.
El presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, anunció que quería cambiar la Constitución del país para permitir las expropiaciones. Se trata de expropiar sin indemnización las tierras de los propietarios blancos que se beneficiaron de las leyes del apartheid en el pasado para obtenerlas.
De creer a los mismos bóeres, unas 15.000 personas quieren venir precisamente a Rusia ya que "solo en Rusia se conservarán sus valores familiares", recalcó Poluboyárenko, quien agregó que los migrantes planean vivir en comunidad, sin usar los recursos rusos. Construirán sus propios jardines de infancia, una escuela y una clínica. Tienen maestros, médicos y construirán una iglesia protestante para ellos con el permiso de las autoridades.
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La solicitud de un periodista sudafricano de comentar los informes sobre los planes de Rusia de atraer a los agricultores desfavorecidos desde Sudáfrica ha desconcertado al ministro ruso.
"Estamos ocupados interfiriendo en las elecciones en Cataluña. No estamos preocupados en lo absoluto por sus agricultores, ustedes están demasiado lejos de nosotros", ironizó.