A las muñecas las bautizó como 'Okie babies' (bebés de Oklahoma) y las hace a mano de silicona, piel y colmillos naturales, normalmente de perro. Cada una es única, sin copias.
Una muñeca como esta puede costar entre 300 y 1.200 dólares y te llevará directo a una escena de una película de terror.