"El presidente Trump ha hecho más que cualquier otro presidente en la historia reciente de EEUU por recuperar el control migratorio, pero todavía tenemos problemas. Lo que estamos viendo es sobre todo gente procedente de América Central abusando de nuestro sistema de asilo. Por culpa de la decisión de una corte de hace décadas que no permite que a los niños se les detenga durante más 20 días, aquellos que desean emigrar ilegalmente a EEUU están llegando acompañados de niños", dice Ray.
Explica que esos niños "son la tarjeta con la que salen gratis de la cárcel", porque según la ley a esos menores no se les puede separar de sus tutores y, a su vez, estos no pueden estar más de 20 días detenidos. Ray denuncia que, pasados esos días, los inmigrantes irregulares quedan en libertad a la espera de que se conozca la fecha de un juicio que puede demorarse hasta cuatro años o más.
¿Qué pueden hacer las patrullas de frontera para evitar que entren migrantes ilegales en territorio estadounidense? Construir el muro, responde Ray. Pero también que todos adopten obligatoriamente un E-Verify, un sistema electrónico que asegura que solo entran aquellos que puedan trabajar legalmente. Añade que se deben cerrar "las ciudades santuario": ciudades y municipios que se niegan a aplicar las leyes migratorias federales.
"Los extranjeros ilegales, como el resto de nosotros, son gente racional. Y si ya no pueden ganarse la vida aquí, volverán a donde pueden trabajar legalmente y buscar un futuro mejor allí", explica a Sputnik a propósito del sistema electrónico E-Verify.
Advierte, además, que lo último que necesita la economía estadounidense es mano de obra barata, como preconizan algunas voces. De hecho, argumenta, "los inmigrantes ilegales les cuestan a los contribuyentes unos 116.000 millones de dólares al año en servicios sociales".
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