Cuando el Ejército sirio trata de eliminar a los yihadistas del ISIS —autodenominado Estado Islámico, organización terrorista proscrita en Rusia y otros países—, Berlín se opone al presidente sirio, Bashar Asad. Sin embargo, cuando los yihadistas secuestran a 150 familias sirias, el portavoz del Gobierno de Alemania, Steffen Seibert, prefiere guardar silencio, escribió el historiador en un artículo para el periódico Berliner Zeitung.
Además, cuando se trata de los presuntos delitos de los servicios especiales rusos en Europa, las autoridades germanas reaccionan de manera extremadamente dura y amenazan con la imposición de sanciones. Sin embargo, cuando Arabia Saudí es "sospechosa del cruel asesinato" del periodista Jamal Khashoggi, nadie en el Gobierno alemán toma una iniciativa para imponer sanciones a Riad, subrayó el autor del texto.
"Cuando se trata de Arabia Saudí, el Gobierno solo se guía por intereses económicos", escribió Aly.
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