Rusia "propuso varias veces a los estadounidenses comprometernos de forma escrita a no intervenir en los asuntos internos", dijo el diplomático.
Recordó que una situación similar se desarrolló en 1933 cuando el entonces presidente de EEUU Franklin Roosevelt y el comisario del pueblo para Asuntos Exteriores de la URSS, Maxim Litvínov intercambiaron notas personales sobre la no injerencia en los asuntos internos.
"Ahora propusimos intercambiar cartas más o menos similares, por ejemplo, entre los jefes de los Ministerios de Exteriores de Rusia y EEUU, lamentablemente, Washington lo rechaza categóricamente", indicó Borisenko.
En este contexto, Borisenko subrayó que Rusia nunca intervino ni planea intervenir en futuro en las elecciones estadounidenses y tachó de mentira las declaraciones sobre la injerencia rusa.
Indicó que Rusia considera el proceso electoral "un asunto exclusivo del pueblo estadounidense".
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El diplomático ruso señaló que "la injerencia en los asuntos internos de otros países es lo que le gusta hacer a EEUU, obviamente, están juzgando por su propio ejemplo y por eso tratan de ponernos las mismas etiquetas".
También el Buró Federal de Investigaciones lleva a cabo una pesquisa, conducida por el consejero especial Robert Mueller, sobre la presunta colusión entre el equipo de campaña del actual presidente estadounidense, Donald Trump, y Moscú.
El Gobierno ruso ha refutado repetidamente esas acusaciones, las que tacha de absurdas y de intentos de distraer la atención del público estadounidense de otros asuntos internos.
El dominio del dólar
El funcionario destacó que las acciones de Washington revelan que el dominio del dólar es una amenaza para el comercio mundial.
Según Borisenko, "el que el dólar haya sido la moneda principal durante los últimos 70 años, no significa que la situación se mantenga para siempre, máximo cuando el propio EEUU mina la confianza en el dólar", indicó.
El diplomático se mostró seguro de que "los cambios son inevitables".
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"Francamente, su política [de EEUU] para disuadir al mundo de usar su moneda provoca asombro ya que al final perderán no solo una herramienta importante de la política exterior sino unas importantes ventajas comerciales", concluyó.
Caso Skripal
El diplomático, al referirse al nuevo paquete de restricciones estadounidenses previsto para noviembre, aseguró que a Moscú le han propuesto "reconocerse culpable" de algo que no sucedió, al igual que antes ocurrió con la supuesta "injerencia rusa" en los comicios de EEUU.
"Por supuesto que resulta imposible intimidar a Rusia con ningún ultimátum, y no solo porque no tenemos nada que ver con las leyes ajenas; nuestro país eliminó hace tiempo el arsenal que poseía de armas químicas, eso fue revisado y confirmado de la manera correspondiente por los representantes de la OPAQ", subrayó Borisenko.
"Así que los estadounidenses deberían aplicar cuanto antes su ley en contra de ellos mismos", resaltó el representante del Ministerio de Exteriores ruso.
Para Borisenko, el efecto principal que persiguen los vetos aprobados contra Moscú por Occidente son de carácter propagandístico, ya que sus autores tratan de asustar a los rusos y crear una atmósfera de pánico mediante titulares alarmantes en los medios informativos.
"Las nuevas restricciones occidentales contra Rusia no son capaces de provocar un daño catastrófico, pueden perjudicarnos, incluso de forma nociva, pero en un grado crítico", resaltó el diplomático.
El representante de la Cancillería rusa recordó que desde 2011 Washington aprobó sanciones en contra de Moscú en 61 ocasiones, y eso significa que los 60 "rounds" anteriores esas medidas no surtieron el efecto esperado para sus autores.
"Los que tienen demasiada fe en el carácter exclusivo de EEUU siguen pensando que solo hace falta presionar un poco más, y lograrán obligar a Rusia a cumplir las condiciones que le dictan desde Washington", denunció el funcionario, agregando que se trata de un guion imposible.
Estados Unidos lleva años imponiendo sanciones unilaterales a Rusia con distintos argumentos.
El último paquete de restricciones, aprobado en agosto, fue justificado con el supuesto envenenamiento del exagente del espionaje británico Serguéi Skripal y su hija Yulia con una toxina mortal en la ciudad británica de Salisbury, en marzo pasado.
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Moscú rechaza esas acusaciones y propone realizar una investigación conjunta de lo ocurrido, algo que Londres ignora.
Al referirse a las posibles medidas que estudia aprobar Rusia, el diplomático advirtió que Moscú "no deja sin respuesta ningún ataque antirruso", pero no siempre paga con la misma moneda, ya que lo hace de una manera pragmática, partiendo de sus propios intereses.
