En las últimas horas del miércoles 10, Michael, que había perdido fuerza y era un huracán de categoría 1 en la escala Saffir-Simpson, azotaba el estado de Georgia (sur) con vientos de casi 150 kilómetros por hora con rachas más fuertes, dijo el Centro Nacional de Huracanes (CNH) de EEUU en su boletín de las 00:00 GMT, dejando sin energía a miles de personas.
El centro advirtió que el fenómeno aún causaba vientos peligrosos e inundaciones a lo largo de la costa estadounidense del Golfo de México, ya que los vientos con fuerza de huracán tenían un alcance de 50 kilómetros desde el centro del fenómeno y los con fuerza de tormenta tropical alcanzaban una distancia de 260 kilómetros.
Más de 400.000 hogares en Florida, Georgia y Alabama estaban sin energía eléctrica el miércoles, según reportes de medios, y una persona murió en el condado de Gadsden en Florida cuando un árbol cayó sobre su vivienda.
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Miles de personas habían cumplido con el pedido de evacuación emitido por las autoridades de Florida y el gobernador Rick Scott instó a los residentes a no volver a sus hogares todavía para poder continuar con las tareas de rescate y la evaluación de daños.
En tanto, el gobernador de Georgia, Nathan Deal, dijo que "este huracán tiene el potencial de causar graves daños en las comunidades de Georgia y en este momento pedimos a quienes se encuentran en su trayectoria que tomen las precauciones necesarias", informó la página web de su oficina en un comunicado.
El CNH informó que el huracán continuará perdiendo fuerza para convertirse en una tormenta tropical para el jueves por la mañana y luego en un ciclón pos tropical.