"Bolsonaro es un llamado de atención para toda la región, sobre todo respecto a cómo la agenda de derechos humanos se reformula y se presenta como un aspecto fundamental para las sociedades", afirmó a esta agencia Pi.
"Si veo a dos hombres besándose en la calle, los golpearé", o "preferiría que mi hijo estuviera muerto a que fuera homosexual", son alguna de las polémicas declaraciones que ha expresado el candidato.
Para Pi, los resultados de las elecciones en Brasil deben significar una alerta para los sectores moderados de la política y para los activistas y actores sociales que luchan por los derechos humanos en la región, a que redoblen sus esfuerzos.
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"Si bien Bolsonaro tiene una posición autoritaria, antidemocrática, sesgada, machista, xenófoba y homofóbica respecto de muchos aspectos de la vida social, no va a poder abstraerse del debate público, y ahí es donde deben actuar los políticos y los actores sociales", dijo.
Además, dijo que los actores de la sociedad civil deben crear conciencia en la ciudadanía respecto a la importancia de los derechos, en particular en los que tienen relación con los grupos históricamente discriminados como son los migrantes, las mujeres y la comunidad LGBT".
Asimismo, Pi señaló que si Bolsonaro es elegido presidente de Brasil e intenta hacer reformas que vayan en contra de los derechos humanos, existirán barreras que lo impedirán.
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"Las leyes de Bolsonaro deberán pasar por un Congreso, no va a poder evitar que múltiples actores de Sudamérica y del resto del mundo interpelen sus eventuales medidas antidemocráticas; además, Brasil, al igual que Chile y la gran mayoría de los países de la región, están supeditados a la Corte Interamericana de Derechos Humanos y son países integrantes de las Naciones Unidas, donde encontraría resistencia internacional", cerró.
El 7 de octubre el candidato de ultraderecha Bolsonaro obtuvo el 46% de los votos, pasando a la segunda vuelta junto al izquierdista Fernando Haddad, quien sacó el 29,2%.