"Consideramos, y comprendo que nuestros colegas italianos comparten esta opinión, que el diálogo entre Moscú y Bruselas necesita ser saneado e intensificado", indicó.
Lavrov especificó que ambos cancilleres abordaron "el estado de las relaciones entre Rusia y la UE".
"Moscú está interesada en una UE fuerte, que actúe como un socio predecible y pragmático y lleve a cabo una política exterior en base a los intereses de Europa, los intereses de los países que integran la Unión Europea", aseveró.
"Actuamos de un modo pragmático y pienso que la vida otorgará lo que corresponde; a favor de ello se expresa el hecho de que durante los últimos año y medio o dos el intercambio comercial entre Rusia y la UE comienza a recuperar la tendencia al alza y continúa creciendo bastante establemente", observó.
Lavrov constató que Moscú saludará esta tendencia "y siempre estaremos abiertos a propuestas constructivas, encaminadas al restablecimiento de nuestras relaciones tanto en interés de Rusia como de nuestros socios europeos".
"Ya no son pocos los países que comprenden el carácter anormal, enfermizo, de la situación actual, abogan por esclarecer la esencia del tema y orientarse no en razones ideológicas, de solidaridad euroatlántica, sino en los intereses esenciales y de fondo de Europa, y claro está, en los intereses de Rusia", añadió.
"Debatimos el tema de las sanciones contra Rusia; (…) se trata, como sabemos, de una posición común de la UE que se debate cada seis meses; para nosotros esta discusión es muy importante porque las sanciones son un instrumento y no un objetivo, un instrumento que debe ayudar a alcanzar un objetivo final", afirmó.
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El ministro expresó la esperanza de que esta discusión podría conducir al fin de las sanciones.
Las relaciones entre Moscú y Occidente empeoraron a raíz de la situación en Ucrania y la adhesión de Crimea a Rusia tras el referéndum celebrado en marzo de 2014, en el que más del 96% de los votantes avaló esta opción.
Desde entonces, Estados Unidos, la Unión Europea y otros países, aprobaron varios paquetes de sanciones contra Rusia.
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Moscú, que respondió a las sanciones con un embargo alimentario, ha subrayado en reiteradas ocasiones que no es parte del conflicto en Ucrania y reafirmó que la adhesión de Crimea se llevó a cabo respetando la legislación internacional y la Carta de la ONU.
