Este evento concuerda con la política de confrontación con China prevista por la actual doctrina estadounidense, explicó en una entrevista con Sputnik el politólogo Evgueni Ben.
"Desde el principio de su campaña electoral la posición de Trump fue expulsar a China de la arena internacional tanto en el ámbito financiero como económico y político", explicó Ben.
La doctrina del mandatario estadounidense prevé el escalamiento de tensiones en las relaciones entre los dos Estados, opina el politólogo. No obstante, la decisión de "balancearse al borde de una guerra" es una decisión arriesgada y es allí adonde se dirige Trump.
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El experto expresó la esperanza de que las relaciones entre China y EEUU no lleguen a una guerra, puesto que "el espacio global está organizado de tal modo, que cualquier acción errónea puede llevar al suicidio mundial".
"Por otra parte, tampoco cabe esperar mejora alguna en las relaciones entre los dos países, al menos durante la presidencia de Trump esto es definitivo. Son dos grandes competidores en el ámbito económico y político", concluyó Ben.
El 30 de septiembre el destructor naval USS Decatur tuvo que evadir una colisión con el buque de guerra chino Luyang después de que este último se acercara a la nave estadounidense a una distancia de 40 metros.
Con ello China pide que Estados Unidos ponga fin a las acciones provocativas de su Armada en el mar de China Meridional, declaró Hua Chunying, portavoz del Ministerio de Exteriores del gigante asiático.
"Exigimos firmemente que EEUU corrija sus errores y cese este tipo de acciones provocativas para evitar daño a las relaciones bilaterales, la paz y la estabilidad en la región", dijo la diplomática en un comunicado.
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