A esta conclusión, publicada en el medio Nature, llegaron los geólogos de la Universidad de Plymouth, que estudiaron minerales en los condados de Cornualles y Devon en el suroeste de Inglaterra. Los expertos visitaron 22 lugares en los que ocurrieron erupciones volcánicas hace 300 millones de años y recogieron muestras necesarias de magma antiguo.
Los geólogos lograron establecer una frontera por medio de la composición de los componentes geológicos, característica de Cornwall, Devon y las áreas circundantes que ya no se encuentran en Inglaterra y Gales, desde la desembocadura del río Aix, en el este, hasta la ciudad de Camelford en el oeste.
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Estas características explican la abundancia de estaño y tungsteno en el suroeste de Inglaterra, que es raro en el resto de Gran Bretaña, pero es típico de Bretaña y algunas otras áreas de Europa continental.
"¡Estas áreas son de origen francés! Ahora estamos convencidos de que hace millones de años los lazos entre los dos países eran aún más fuertes. ¡Se revela el enigma de los ricos depósitos de minerales en el sudoeste de Inglaterra!".