"Vamos recibiendo constantemente datos operativos de que los extremistas en Siria preparan nuevos incidentes con el uso de armas químicas", señaló Siromólotov.
El pasado 17 de agosto, recordó el diplomático ruso, la Representación Permanente de Siria ante la ONU avisó al Comité 1540 del Consejo de Seguridad sobre la llegada de varios contenedores de cloro a un campamento de rebeldes cerca de la aldea de Hadluz, en la provincia de Idlib.
"Aparentemente, no es casual que varias naciones de Occidente amenazaran dos semanas más tarde a Damasco con nuevos ataques de misiles en el caso de que lanzara un ataque químico en Idlib", dijo.
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Siromólotov apuntó que "una banda terrorista se atrincheró en Idlib, aprovechando que hay una zona de distensión allí, consolidó sus filas y empezó a lanzar ataques contra civiles y contra bases militares rusas".
"No nos queda otra sino responder a esa agresión", destacó el viceministro.
Al mismo tiempo, él reconoció que "es necesario tomar en cuenta que en la zona de distensión en Idlib también hay civiles y grupos de oposición armada que no están implicados en actividades terroristas y podrían unirse al proceso de paz en Siria".
Siromólotov mencionó asimismo "cierto apoyo material y técnico desde el extranjero", pero matizó que no quiere hacer conjeturas sobre la "supuesta implicación de individuos y entidades de Occidente en el suministro de productos químicos a los militantes de grupos armados en Siria".
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El diplomático ruso añadió que el Gobierno turco coincide con Rusia en la necesidad de eliminar a los terroristas en la gobernación siria de Idlib, pero pide evitar un uso masivo de la fuerza.
Al mismo tiempo, agregó, "en los contactos bilaterales con nosotros los turcos piden evitar un uso masivo de la fuerza para solucionar el problema de Idlib".
La posible operación antiterrorista en Idlib, señaló, "enfrenta la difícil tarea de separar" a los grupos rebeldes del Frente al Nusra (también conocida como Fatah al Sham, prohibida en Rusia), a fin de que la liquidación de la organización terrorista se lleve a cabo sin causar víctimas entre los habitantes de la zona y los desplazados que se encuentran allí.
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Asimismo, el viceministro aseguró que la posible operación para liberar Idlib, el último gran bastión de los terroristas en Siria, se prepara cuidadosamente a fin de minimizar víctimas colaterales.
"Se prepara tomando en consideración todos los aspectos humanitarios, en particular se trata de minimizar los daños a los civiles y las infraestructuras", dijo el diplomático.
Siromólotov insistió en que este tipo de operaciones antiterroristas se planean exhaustivamente.
Según estimaciones de la ONU, en Idlib se encuentran atrincherados unos 10.000 terroristas del Frente al Nusra y Al Qaeda (grupos proscritos en varios países, incluida Rusia).
Los terroristas en Idlib estarían planificando una escenificación de ataque químico para atribuírselo a las tropas gubernamentales, según lo denunciaron los vecinos de la localidad de Kafer Zaita.
Según las filtraciones, los radicales planean lanzar una ofensiva con municiones de cloro contra Kafer Zaita y grabar un vídeo que la polémica organización Cascos Blancos, financiada por los países occidentales, se encargará de difundir en los medios internacionales.
También trascendió que se estaba preparando a un grupo de supuestos habitantes, trasladados desde el norte, para hacer el papel de víctimas de 'municiones químicas' y 'bombas de barril'.
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Varias fuentes independientes confirmaron que detrás de los preparativos está el grupo terrorista Frente al Nusra que ahora se hace llamar Hayat Tahrir al Sham.
Según un informe del Ministerio ruso de Defensa, los terroristas del Frente al Nusra y los miembros de los Cascos Blancos se reunieron el 7 de septiembre en Idlib para acordar y aprobar los guiones del montaje de 'ataques químicos' en las localidades Yisr al-Shugur, Saraqib, Taftanaz y Sarmin.
La provincia de Idlib fue ocupada en 2015 por grupos armados y la organización terrorista Frente al Nusra (también conocida como Fatah al Sham, prohibida en Rusia).
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En 2017, el territorio de Idlib formó parte de una zona de distensión establecida en el norte de Siria y patrocinada por Turquía.
Damasco declaró en julio pasado que se reserva el derecho de usar la fuerza militar para recuperar la provincia de Idlib si los rebeldes rechazan la reconciliación.