Preguntados hoy por los valores esenciales, los rusos ponen por encima de todo la familia, la seguridad, la fidelidad y la honestidad, las mismas cualidades que apreciaban en 2012, aunque las dos primeras menciones se han invertido desde entonces.
El optimismo y el entorno, entretanto, parecen tener ahora menos importancia que hace seis años.
Fuera de los diez renglones prioritarios, están claramente en alza el patriotismo, que ha subido ocho peldaños desde 2012, y la innovación, que ha pasado del 24º lugar al 19º.
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Al final de la lista, tanto hoy como hace seis años, los rusos ponen la insumisión.
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